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«Trina Mercader fue suprimida del canon poético español»

sonia fernández. escritora

Trina Mercader fue suprimida del canon poético español

A través de un trabajo que se ha convertido a veces en una labor de rastreo desasosegante, Sonia Fernández rescata los poemas olvidados de Trina Mercader. Su obra, Una estética de la alteridad, será publicada la próxima primavera después de haber obtenido la beca de investigación Miguel Hernández, concedida por la UNED y la Ciudad Autónoma de Melilla.

esther falcón
investigadora. Sonia Fernández salva la obra de Trina Mercader con Una estética de la alteridad.

M. DE LA CORTE
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granada. La obra de la poeta Trina Mercader vuelve a la memoria literaria con Una estética de la alteridad: un trabajo de Sonia Fernández que resultó ganador de la Beca de Investigación Miguel Hernández el pasado año y cuya publicación –que tendrá lugar la próxima primavera– fue ratificada hace unos días por la UNED y la Ciudad Autónoma de Melilla.
En este trabajo, su autora, que prepara el Doctorado en el departamento de Literatura Española de la Universidad granadina, se propone acabar con el silenciamiento que rodea a la escritora y proponer una relectura de la obra de la poeta alicantina en su doble vertiente –la de los libros que publicó y la de los poemas que aparecieron en diferentes revistas de la época– y analizar qué supuso la aventura de la revista Al-Motamid. Con el desarrollo de este trabajo también me he cruzado con las múltiples dificultades con las que se encuentra una mujer en la posguerra para poder escribir. Para poder tomar la palabra, confiesa la investigadora melillense.

La naturaleza, el encuentro con el otro, con la visión extrañada de la realidad oriental en Marruecos, es el marco por el que la escritora se movía y al que Fernández ha acudido para titular su trabajo: De ahí lo de Una estética de la alteridad. Puesto que para Trina Mercader el encuentro con el otro es vital para entender su poesía.

A pesar de ser la fundadora de la revista poética Al-Motamid en Marruecos, de haber publicado en las revistas más importantes de los años 40 y 50 en la Península, en Argentina o en el Líbano y de haber trabajado incansablemente como un puente entre culturas, una vez pasado su momento, Trina Mercader fue suprimida del canon poético español. Borrada de la historia de la poesía española.

Por ello, Sonia Fernández se ha mirado en la obra de la escritora para rescatarla del olvido: En su revista ofrecía un vínculo entre la obra de los jóvenes poetas de la Península junto a los poetas marroquíes que prácticamente no se conocían. También en la publicación que fundó recuperó a poetas árabes clásicos, libaneses, iraquíes… Es muy curioso cómo su trabajo logra que las dos realidades, la marroquí y la española, confluyan en un mismo proyecto cultural.

Todo comenzó cuando la poetisa llegó desde Alicante a Marruecos con sólo 17 años (en 1936) y se vio obligada a quedarse al coincidir ese año con el alzamiento militar. El hecho de vivir en Marruecos le confiere una perspectiva diferente y nueva y trata de amalgamar su tradición poética –desde Gabriel Miró a Juan Ramón Jiménez o Vicente Aleixandre o Gerardo Diego– con una experiencia distinta de la realidad oriental, explica Fernández.

Allí escribió durante los años cuarenta y cincuenta en la zona del Protectorado español. Primero en Larache, después en Tetuán, también en Alhucemas… y es estando en Marruecos cuando se le ocurre crear su revista Al-Motamid. Al margen de esto, ella estuvo vinculada a la Administración Pública como oficial segunda en Larache y, una vez termina el Protectorado español en el año 1956, dedide venir a Granada. En la ciudad de la Alhambra se encontraría con un lugar que tenía mucho de aquella realidad con la que se había encontrado en Marruecos. Por su estética oriental. Y es en Granada donde conocería a los poetas Elena Martín Vivaldi, Antonio Carvajal o Luis Carlos Villarreal, con los que entablaría una gran amistad, además de acercarse a todos los poetas que a partir de los años sesenta estaban sacando la poesía a la calle.

Sin embargo, Sonia Fernández se ha encontrado con una dificultad a la hora de hacer su trabajo: poder acceder a todos los poemas publicados en revistas. He tenido que hacer un vaciado de las publicaciones de la posguerra, ya que se sabía que había escrito en las más importantes de esa época. En ocasiones se ha convertido en una labor de rastreo desasosegante.

No obstante, además de conocer la obra de esta poeta y el ámbito en el que se movía (primero, en el Protectorado, y después, en Granada), he obtenido un gran aprendizaje y he conseguido dibujar un nuevo mapa de la literatura de posguerra.

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