Juan Larios, reconocido investigador en los ámbitos de la cultura barroca, ha dado un paso más para descubrir la historia de Granada. «El mejor conocedor de la repercusión artística en todas sus manifestaciones de la figura de San Juan de Dios», como lo califica el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Granada Rafael López Guzmán en el prólogo de la última obra de Larios, ha vuelto ha profundizar en la historia eclesiástica de la ciudad. En este caso, tras años de investigaciones, ha sacado a la luz un documento inédito: la Compendium Chronicum de Francisco de Páramo, que el fraile escribió entre 1715 y 1720.
El documento latino es un resumen de las noticias históricas y humanas más significativas en torno al convento dominico de Granada desde su fundación, dos siglos antes, hasta el momento de redacción del texto. Larios explica que el interés que le ha impulsado a la edición de esa crónica cuando se cumplen trescientos años desde su redacción es su carácter de obra inédita pero también «su condición de fuente literaria para el desarrollo del estudio de la historia local granadina». «La crónica puede resultar de mucha utilidad para filólogos, historiadores e investigadores de muy diversos ámbitos», explica Larios.
Pero no sólo para el público especializado, la crónica de Fray Francisco Páramo que ha publicado la editorial Comares puede ser de interés para todos los que estén interesados en conocer anécdotas de la vida de los frailes que forman parte de la historia de este convento y entre los que hay nombres tan importantes como Fray Luis de Granada.
Durante sus investigaciones, Juan Larios decidió rescatar esta crónica, cuyo documento manuscrito está conservado en el archivo de los Dominicos de Granada, impulsado también por su belleza formal. «Es una maravilla de texto latino porque está escrita en un correcto estilo clasicista», recalca el estudioso.
El libro, que lleva por título San Cruz la Real y es un volumen de más de 600 páginas, además de una reproducción facsímil de la Compedium Chronicum incluye una extensa introducción de Juan Larios de aproximadamente 120 páginas que incluye material gráfico como la serie de dibujos que realizó Manuel Gómez Moreno sobre el edificio de los dominicos que se custodian en la Fundación Rodríguez Acosta. También una serie de reproducciones de los dibujos de Alonso Cano que descansan en el Museo del Prado.
En cuanto a la teoría, el estudio de Larios habla del patrimonio perdido y dispersado del monasterio o de la justificación del título de Santa Cruz la Real. También realiza un curiosísimo repaso a los ‘dones’ de los religiosos que Fray Francisco Páramo inventarió en su crónica, como el don de las lágrimas, el de la levitación o el de la profecía. Y, tras la edición facsímil, la edición se cierra con la traducción al español del filólogo José Luis Espinar Ojeda.
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