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Todos con Unamuno y La Pepa

La Fase General de la Selectividad concluye con un sabor agridulce: pocos podían esperar que las dos opciones del Comentario de Texto fueran literarias, pero sí se preveía que cayera la Constitución de 1812

 Con una de cal y otra de arena arrancó ayer la Selectividad en Granada (y en toda Andalucía). La sorpresa volvió a llegar de la mano del Comentario de Texto que, al contrario de lo que se venía produciendo en los últimos años, no respetó la norma no escrita de incluir entre sus dos opciones un artículo periodístico. En esta edición los dos textos a elegir eran literarios: un fragmento de San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno, y un poema de Rafael Alberti, titulado Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico. Pero el contrapunto lo dieron Historia de la Filosofía, que volvió a incluir a Descartes con su Discurso del Método, e Historia de España que, como era previsible, se presentó como opción unos artículos de la Constitución de 1812, ahora que se conmemora su bicentenario.

«¡Qué putada!», decían ayer muchos alumnos al salir del primer examen en la sede de Filosofía y Letras del campus de Cartuja. Por primera vez se ha agrupado en un mismo centro a todos los jóvenes que querían subir nota en Selectividad y la mayoría son de Ciencias, así que los textos literarios no eran su fuerte. Y es que de los 5.057 que hay matriculados en Granada este año, 300 se presentan de nuevo a estas pruebas para ‘rascar’ décimas en Biología y Química, materias imprescindibles para las carreras sanitarias.

Es el caso de Charo Porcel, que culminó Bachillerato en el Inmaculada Niña el pasado curso, pero se quedó con un 6,5 en Selectividad y necesita un punto más para hacer Enfermería en Ceuta. «El año pasado suspendí la fase Específica y eso me bajó mucho la nota», explicaba ayer.

En esta sede no hay profesores acompañando a los alumnos como en el resto, son veteranos y saben bien a lo que vienen. José Edgar Viñón, del IES Virgen de las Nieves, lleva los dos últimos meses dedicados de lleno a preparar las pruebas, pero, según dice, de una forma más calmada que la vez anterior. Tiene un 6 de media y necesita un 10 para hacer Ciencias del Deporte, aún así asegura que los conocimientos de un año para otro se mantienen. «Estoy más tranquilo esta vez», dice.

Con bolígrafos, el carnet de identidad, la carta de pago de la matrícula y pegatinas con el código de barra en la mano van entrando mientras son llamados por nombre y apellidos. Como si estuvieran a punto de embarcar en un vuelo internacional, un miembro del tribunal de Filosofía y Letras, sede en la que se han inscrito 531 personas, comprueba uno por uno que la foto del DNI se corresponde con la persona que accede al examen.

«Están prohibidos los móviles, libros, apuntes, notas, grabaciones o cualquier documentación», les advierten al tiempo que depositan sus enseres a la entrada.

«Lo peor es pillar a un alumno copiando», dice la presidenta del tribunal, Amalia Morán. Lleva más de 20 años formando parte de tribunales de Selectividad y la mitad de ellos como máxima responsable. Recuerda que, en caso de que un estudiante sea cazado mientras copia, el castigo es rotundo: deberá abandonar inmediatamente el aula tras identificarse y se quedará con un cero en la materia. «Si está en la Fase General, sí tiene derecho a seguir haciendo los demás exámenes, pero como esté en la Específica no podrá hacer ni uno más», advierte.

Nada más acabar el primer examen, Morán sale del auditorio con los ejercicios acompañada de la secretaria del tribunal para guardarlos hasta mañana bajo llave en una caja fuerte del Decanato. Serán otros docentes los que se encarguen de corregir las pruebas, unos 200 ejercicios en apenas cuatro días, un trabajo por el que cobrarán una media de 600 euros, siempre en función del número de exámenes que corrijan. «Para el 27 de junio deberán estar todos los ejercicios revisados y por la noche, a las 00:00 horas, se colgarán las calificaciones en internet», recuerda.

Algunos padres no han dudado en acompañar a sus hijos en este duro trance. Antonio Salvatierra trata de equilibrar su apoyo y disimular los nervios cuando ve salir a su hija de las pruebas. «Tiene una media de 9,16 en el expediente de Bachillerato, pero el curso pasado no pudo entrar en Medicina en la Universidad de Granada, pues pedían un 11,29 de mínima», explica. «Si saca un 6 en las materias específicas podrá conseguirlo», pero su hija va a por todas y se presenta también a los de la Fase General. Tiene la tranquilidad de que si saca una nota inferior a la que sacó en las pruebas del año pasado se le respetará la más alta.

Como Salvatierra, otros progenitores acuden a la sede de Selectividad para dar seguridad y aliento a sus hijos. Algunos incluso se acercan con ellos sólo para ver el lugar donde se examinará hoy. «Así viene más tranquilo», dicen, forma parte de las recomendaciones que les dan para afrontar unas pruebas tan cruciales. Y no por duras, porque el 93% de los estudiantes que se examinan de Selectividad aprueban , sino por la presión que suponen los números clausus.

En la cúspide se encuentran las carreras sanitarias, como Medicina, Fisioterapia, Enfermería y Odontología, entre otras, para las que hay que superar el 10 de media entre el Bachillerato y la Selectividad. Su demanda es enorme, sobre todo en la Universidad de Granada que registra peticiones de toda España, pero es proporcional a los índices de empleabilidad que publica la institución hoy en día, ya que todas ellas tienen a más del 85% de sus egresados colocados.

Hoy le tocará el turno a la Fase Específica. Arrancará con Historia del Arte y Matemáticas II; a las 10:45 horas le tocará el turno a Gráfico-Plástica, Química, Electrotecnia y Literatura Universal; y a las 13:00, Lenguaje y práctica Musical, Tecnología Industrial II y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales. Para los que tengan alguna incompatibilidad deberán esperar al viernes para celebrar el examen, aunque la mayoría acabará mañana con todas las pruebas.

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