Siete de cada diez alumnos de FP encuentran trabajo al terminar sus estudios
a por un puesto laboral Casi 40.000 alumnos pasarán estos días por la Feria de Armilla para visitar la muestra en la que se enseña a los jóvenes las oportunidades que les ofrece la FP
ANA GONZÁLEZ
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granada. El 70 por ciento de los estudiantes de Formación Profesional repartidos en los 60 centros de la provincia que ofertan ciclos formativos encuentra un trabajo nada más terminar sus estudios. Esta tasa de inserción laboral se dispara hasta el cien por cien a los seis meses de concluir sus estudios, lo que supone que los 10.217 alumnos que estudian FP en la provincia encontrarán con seguridad un trabajo acorde con su formación.
Ayer, la V Muestra de las Profesiones y el Empleo que se celebra en Armilla se convirtió en el mejor escaparate de las oportunidades que ofrece la Formación Profesional a los jóvenes. Cien expositores mostrarán hasta el sábado a unos 40.000 estudiantes las especialidades en las que se pueden formar para conseguir un empleo de manera casi inmediata. Tienen también la oportunidad de conocer a jóvenes profesionales que han terminado sus ciclos y que les explican las facilidades de encontrar empleo y la posibilidad de obtener un sueldo cercano a los 1.500 euros en su primer contrato.
Estas ventajosas condiciones formativas y laborales han hecho que en los cuatro últimos cursos haya crecido de manera espectacular el número de alumnos que se decantan por esta opción formativa en Granada, llegando incluso a duplicar las cifras actuales a las del curso 2000-01.
María José Vázquez, directora general de Formación Profesional en la Consejería de Educación, cree que el secreto del éxito de la Formación Profesional en los últimos años radica en la vertiente práctica de estos estudios, la similitud entre las enseñanzas del centro con la labor de la empresa y las prácticas obligatorias, clave de la elevada inserción laboral de estos estudiantes. De hecho, el 45 por ciento de los alumnos de esta modalidad formativa se queda trabajando en la empresa en la que realizó sus prácticas. Se hacen necesarios para el empresario y los terminan contratando.
Otro de los factores que ha convertido a la FP en un importante yacimiento de trabajo es el cambio de mentalidad social. Si hace unos años se pensaba que eran los malos estudiantes los que se decantaban por esta opción formativa hoy son los universitarios los que acuden a los institutos de Formación Profesional buscando una cualificación de calidad y un trabajo bien remunerado.
Ya no se puede decir que vayan a la FP los peores estudiantes porque la nota de corte en muchos ciclos formativos supera a la de cualquier carrera universitaria, argumenta la directora general. De hecho, Fisioterapia o Higienista Dental, que se imparten en el IES Aynadamar, tienen la misma nota de corte que Medicina en la Universidad de Granada.
El sistema también permite a los alumnos que estudian Planes de Garantía Social (PGS) seguir estudiando ya que conocen esta metodología formativa eminentemente práctica y se incorporan a ciclos de grado medio o superior. Ésta es también una labor social muy importante ya que nos permite recuperar a jóvenes sin titulación, reflexiona la directora general de Formación Profesional.
Ahora, la labor de la Consejería es intentar que estos alumnos no se vayan fuera de España a trabajar una vez que se han formado en Andalucía. Cada año salen al extranjero 500 alumnos para terminar de formarse durante tres meses en países de la Unión Europea, de ellos 20 se han quedado a trabajar fuera de España con unos sueldos medios de unos 1.500 euros.
Entre las especialidades más demandadas se encuentra producción en planta química, análisis y control o automoción, áreas en las que los alumnos se permiten elegir en qué empresa quieren trabajar.
Pero esta etapa dorada que vive desde hace unos años la Formación Profesional es un fenómeno relativamente reciente. Rosario Parra, profesora del ciclo Laboratorio Diagnóstico Clínico, lleva más de 20 años dando clase en el IES Aynadamar. Dice que la FP ha sido siempre la Cenicienta de la enseñanza y recuerda que en el curso 80-81 hubo que cerrar el ciclo de fontanería porque no había alumnos. Entonces eran los propios profesores los que se encargaban de buscar a los estudiantes, tenían que crear nuevos programas y promocionar a sus alumnos por las empresas. Ahora es todo muy fácil pero entonces había profesores a los que les daba vergüenza decir que daban clase en FP, relata Rosario Parra.