leonhard oberascher. especialista en color y diseño.
Sería difícil trasladar los colores de Granada al norte de Europa
Es su primera visita a Granada y Leonhard Oberascher se muestra impresionado con su luz y colorido. Psicólogo y escenógrafo, este creador austriaco aplica su formación al diseño industrial y de espacios interiores. Es uno de los más de 500 expertos que se han dado cita en la capital con motivo del décimo Congreso Internacional de la Asociación del Color, que por primera vez se celebra en España.
esther falcón
de negro. El creador austriaco reconoce las variaciones culturales en la percepción del color.
Todos los colores, en Granada
I. GARCÍA
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Mi corazón es artista y mi cabeza científica. Leonhard Oberascher expresa así los dos polos entre los que se mueve su trabajo. El creador austriaco parte de una reflexión sobre cómo los humanos perciben el color para crear espacios escenográficos capaces de generar emociones. Además del diseño de los interiores de hospitales, escuelas y viviendas en Austria, Alemania y Holanda, ha expuesto sus creaciones en Madrid el año pasado. Viste de negro porque es el color más importante, el color de la emoción.
–En qué consiste su trabajo?
–Estudio la interacción entre el ambiente y las personas, utilizando el color para crear espacios donde la gente se sienta mejor. Combino psicología y diseño.
–¿En qué ámbitos aplica sus creaciones?
–El color no sólo es importante en las viviendas, sino también en lugares como los hospitales, donde su utilización, junto con la luz y el espacio, puede favorecer el estado emocional de los pacientes. Otra aplicación está en el campo del diseño industrial, ya que el color es muy importante para vender un producto.
–Usted trabaja con arquitectos y diseñadores. ¿Qué importancia tiene el color en la arquitectura?
–Para percibir el color también es importante la superficie, la textura donde se sitúa, la luz… Muchas veces los arquitectos diseñan espacios que, cuando están acabados e interaccionan con la luz y el color, cambian la situación dramática que pretendían.
–Utiliza los colores como una escenografía teatral. ¿Qué relación tienen con las emociones?
–El color es la piel de las cosas, pero a la vez indica algo que está dentro del individuo y, por tanto, cambia. Una de mis ponencias trata sobre el cambio de impresión del color con la edad. Las personas mayores ven el color de forma diferente a cómo las ven los jóvenes.
–Es la primera vez que visita la ciudad. ¿Qué impresión le merecen sus colores?
–En Granada, con esta luz, todo se ve diferente. Hay más alegría y muchos contrastes de color que son estimulantes. Esta ciudad es una inspiración para mí, pero sería difícil trasladar los colores de aquí a una ciudad del norte de Europa. Por ejemplo, el azul y el blanco, colores muy mediterráneos, no quedan igual de bien en Grecia que en Alemania, porque no hay la misma luz.
–Además de la luz, ¿influye la cultura de los observadores para interpretar los colores?
–Hay una patria de colores. Cada persona tiene una imagen de su vida en un lugar. Y esta imagen se forma con colores, pero también con las apreciaciones que les asociamos.
–¿No se percibe igual el color en el norte que en el sur?
–En colaboración con investigadores valencianos estamos estudiando la relación entre las emociones y la idea de los colores. Hemos comparado las reacciones de alemanes y africanos y hemos visto que hay diferencias, pero también muchas similitudes. Hay emociones que son universales, como la rabia, la tristeza o la alegría. La tristeza es negra y gris. La alegría cambia: en Alemania y Austria se asocia al amarillo, quizá por el sol. Aquí todavía no lo sé.Ésta es la primera vez que la Asociación Internacional del Color celebra su congreso en España. Y ha elegido la ciudad de Granada, lo que supone un reconocimiento al trabajo que durante décadas hemos realizado en el departamento de Óptica de la Universidad de Granada, manifiesta Javier Romero, responsable de la organización. El congreso reunirá hasta el viernes próximo a más de 500 expertos internacionales de las más variadas disciplinas, desde las más técnicas –como la óptica y la física–, hasta las humanísticas, como la psicología. Se refleja así la visión interdisciplinar que requiere el estudio del color.