vertidos ilegales en sierra elvira
Salud investiga si hay riesgo para las personas por la contaminación del acuífero
Á. C. /S. S.
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granada. La Delegación de Salud de la Junta de Andalucía ha iniciado ya los análisis de las muestras de las aguas subterráneas del paraje de Raja Santa, en Sierra Elvira, para tratar de determinar si la sustancia grasienta y aceitosa que ha facilitado la Guardia Civil puede afectar a la salud pública en el eventual caso de que se extienda al acuífero de la Vega.
El director del Distrito Sanitario Metropolitano, Aquilino Alonso, confirmó que los técnicos del laboratorio iniciaron ayer los análisis para tratar de conocer todos los parámetros del agua recogida en el acuífero de Raja Santa, una de las cavidades termales más importantes de España frecuentada por espeleólogos. Precisamente fueron éstos últimos los que alertaron en diciembre al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de la existencia de manchas aceitosas, cuyo volumen ha ido aumentando con el tiempo, tal y como han reconocido los agentes del Instituto Armado que descendieron en dos ocasiones hasta la sima.
El hecho de que dicho acuífero esté conectado a través del subsuelo con el de la Vega, a tan solo seis kilómetros de distancia –como así establece el estudio que realizó el Instituto del Agua de la Universidad de Granada a raíz de los vertidos ilegales que se arrojaron en la cantera de San Ricardo, a escasos metros de Raja Santa– ha llevado a la Guardia Civil a solicitar la colaboración de la Delegación de Salud.
Si bien las autoridades sanitarias no tienen competencias en el control sanitario de las aguas subterráneas del Área Metropolitana –de dominio de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir–, Salud no ha puesto reparo a colaborar en una cuestión que el Seprona entiende que puede afectar a la salud pública si se extiende al resto de acuíferos de la Vega, utilizados fundamentalmente para uso agrícola e industrial.
Los análisis que realizan los técnicos de Salud deberán aclarar si los vertidos detectados en Sierra Elvira son de origen vegetal, como por ejemplo los compuestos derivados de la elaboración del aceite de oliva –alpechín o alpeorujo– o mineral como los aceites tóxicos, mucho más peligrosos para el medio ambiente.
El Seprona nos ha pedido que informemos en relación a una serie de analíticas que han recogido y si podemos determinar si, en caso de que el agua se usase para consumo humano, puede haber riesgo para la salud de la población, explicó Aquilino Alonso.
Ayer mismo se inició el trabajo de revisión de los parámetros de las aguas, que al ser termales y no ser aguas tratadas, tienen diferentes niveles admisibles para el consumo humano. Alonso aclaró que este tipo de aguas no están destinadas al consumo humano, otra cuestión es que terminen por mezclarse con el agua subterránea de la Vega que, si bien no tiene sulfatos, requiere ser depurada previamente antes de su consumo.
Nosotros nos limitaremos simplemente a hacer la valoración de si podría afectar al consumo humano o si cualquiera de los parámetros puede constituir un riesgo, precisó el responsable del Distrito Sanitario, quien no obstante mostró su disposición a colaborar, como lo viene haciendo hasta ahora, con el Seprona si se sospecha que puede tener algo que ver con cualquier otro acuífero aunque, por el momento, no es el caso.
Por lo general, el color y la textura de las aguas subterráneas es diferente a las embalsadas en los pantanos y requieren, según Alonso, de un estudio más exhaustivo. Asimismo, el hecho de que los niveles del acuífero de Raja Santa hayan descendido dos metros en los últimos dos meses, produce una condensación mayor de cualquier sustancia.
El Distrito Sanitario Metropolitano espera tener en cuestión de días los análisis de las muestras de aceite y grasa, cuyo informe será remitido de nuevo al Seprona para incorporarlo a la investigación. El resultado de las muestras ayudará a esclarecer la procedencia del vertido y los efectos que se puedan derivar para la salud.