Casi 30 años después, todas las miradas vuelven a estar puestas en Orce y parece que, por primera vez en mucho tiempo, la ciencia es la única protagonista. Tanto la comunidad científica internacional como la nacional viven con expectación el inicio de la nueva campaña de excavación arqueológica que comenzó ayer en dos de los yacimientos: Fuente Nueva 3 y Barranco León.
En ambos hay pruebas de una humanidad europea cercana a 1,5 millones de años, un hecho que se ha confirmado también en Italia -Pirro Nord-, además de en los conocidos yacimientos burgaleses de Atapuerca (Sima del Elefante).
Aunque de momento ni en Barranco León y Fuente Nueva 3 se han encontrado restos humanos, muchos expertos como José María Bermúdez de Castro, director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Burgos) y codirector de las excavaciones de Atapuerca, creen que su hallazgo es sólo cuestión de tiempo, ya que los utensilios y otras evidencias indirectas de su presencia son incontestables.
Así lo considera el propio director del equipo que afronta los trabajos, Rober Sala, reconocido arqueólogo catalán de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, que ha participado en las excavaciones de Atapuerca. Así, en una entrevista concedida a este periódico, señaló que «si en el Este de África se han encontrado numerosos restos humanos, también en la zona de Orce deben encontrase». Para ello, según valoró, «falta una investigación sistemática, no cejar en el trabajo, hacerlo de forma continua, anualmente, sin interrupciones y con la participación de un equipo amplio y bien adiestrado».
Eso es lo que espera el alcalde de la localidad, José Ramón Martínez, que no oculta su «ilusión» y su «expectación» por el trabajo que dirigirá Sala: «Estamos muy contentos porque de alguna manera había que empezar. Ahora lo que hace falta es que no tengamos otro parón como el de los últimos 30 años, que haya continuidad y normalidad, que es lo que le hace falta a estas excavaciones».
Así, aunque el regidor de Orce echa en falta que se excave en Venta Micena -donde el paleontólogo José Gibert halló en 1982 un fragmento craneal infantil conocido como el Hombre de Orce y que, según sostenía el investigador ahora fallecido, corresponde al «homínido más viejo de Europa»- y destacó que «hay que dar una oportunidad a los trabajos que se centrarán en los otros yacimientos» al tiempo que elogió la calidad y profesionalidad del equipo que los afrontará.
Así, tal y como ha escrito en su blog Bermúdez de Castro, parece que «realmente poco importa si aquel pequeño fragmento de cráneo perteneció a un homínido, a un caballo o a un ciervo» porque «lo realmente importante es que la Cuenca de Guadix-Baza representa un tesoro científico de primera magnitud y que los responsables de este patrimonio geológico, arqueológico y paleontológico deben prestarle la atención que se merece».
Parece que ahora, por fin, ese momento ha llegado. El trabajo que desde ayer encabeza Sala se enmarca en el proyecto de investigación Primeras ocupaciones humanas del Pleistoceno inferior de la cuenca de Guadix-Baza (Orce, Granada) y se prolongará hasta el 22 de septiembre bajo la dirección del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Iphes), del que Sala es investigador.
Entre las líneas de investigación que se potenciarán en este yacimiento, Sala apunta las trazas de uso de las herramientas de piedra, los remontajes para identificar las áreas de actividades y el estudio de la paleoecología de las zonas de hábitat, sobre todo para insertarlas en el contexto de los yacimientos europeos más primitivos, los de más de un millón de años.
En este nuevo proyecto de investigación liderado por Iphes sobre Orce participarán diversas instituciones como el Centro de Investigación Nacional sobre la Evolución Humana, el Museo Arqueológico de Granada, el Museum National d’Histoire Naturelle de Paris, la Università di Firenze, la Universidad de Granada y la Universidad de Málaga.