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Opinión – ¿Por qué levitaba Santa Teresa?

¿Por qué levitaba Santa Teresa?

Suena a coña, pero es verdad. Así se titula una de las conferencias a cargo del doctor José Francisco Alba Aragüez del curso Drogas: ciencia y sociedad, que se impartirá del 20 al 24 de marzo en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada.

Parece mentira que después de lo que hemos vivido estas últimas semanas con las caricaturas de Mahoma sigamos echando leña al fuego. De todos modos como no se está ofendiendo al islam, todos tan tranquilos porque no va a salir ardiendo la Facultad de Ciencias (¡!). La cosa no está para caricaturas, y menos en lo que toca a la religión.

Lógicamente no me tomé en serio el título de esa conferencia. Pensé: seguro que es para llamar la atención, para atraer a la gente. Pero después de pensarlo mejor, me dije: ¿no habrá otras maneras de promocionarse, sin tomarse a broma a esa Santa que tanto hizo por España, y que sigue haciéndolo?

El respeto que merece Santa Teresa no tiene parangón. Además, ¿si tanto levitaba a causa de endorfinas y de opiáceos, cómo es que pudo fundar tantos conventos por toda España? Me gustaría ver a esos que se reúnen en las plazas para colocarse mover un solo dedo para ayudar a los ancianos que llenan nuestras ciudades.

Como queda cerca de un mes para que se celebre ese curso, me atrevo a pedir a los responsables del curso que reconsideren la oportunidad de pronunciar esa conferencia. Lo mínimo que se despacha en estos casos es una disculpa pública con la misma o mayor difusión que el folleto del curso, y omitir o cambiar esa conferencia. josé maría camacho.

Salvemos la Vega

Cuando hablamos de salvar a Vega, hablamos de salvar todo lo que queda, que no es mucho, pero tampoco es poco. En esto de a Vega, que parece que es una merienda de negros, creo yo que conforme a la legislación vigente que se podría hacer una consulta popular, y no que cada municipio corte un pedazo de la tarta o el pastel. El debate está en la calle ¿Qué vamos a hacer con esos trozos vírgenes que nos quedan de la Vega? ¿La vamos a echar a los perros especuladores sin escrúpulos, para que engrosen sus bolsillos, y de camino las arcas municipales, con pingües convenios urbanísticos? O bien ¿vamos a tener entre todos un planteamiento racional porque dentro de unas décadas, lamentablemente ya y el tempus fugit, no habrá Vega?

Para el que suscribe no basta sólo con crear un parque agrario, o periurbano, como es el caso de Granada, hace falta que toda la normativa medioambiental, junto a la urbanística-territorial, estudien muy cuidadosamente y concienzudamente la cuestión.

Creo sinceramente que salvar la Vega implica tomar una conciencia neutral una conciencia limpia, y sincera a favor del medio natural, de la naturaleza, de la tierra fértil, del campo amigo, del paisaje natural que aún nos queda y que no ha sido manipulado o transformado por la mano del hombre.

El problema del hombre, y de quienes tienen poder, es que se creen dueños de todo, pero al final no calculamos los daños que se le pueden infringir a la madre naturaleza. Hace falta por tanto que no nos den medias verdades que en nombre de parques y otras historias, ni nos metan más cemento, porque la Vega debería de ser lo que es, un suelo rústico, de especial protección.

No sólo tenemos que medir lo que nos da la Naturaleza en términos economicistas, hay también cuestiones y valores que no tienen precio, como son el paisaje, los ecosistemas y el origen prístino y natural de todo lo que vive, se mueve y tiene su existir en el campo…. Preservar la Vega, nuestra Vega, es responsabilidad de todos, pero también de los políticos, y de quienes tienen un cargo. Que no nos engañen con medias tintas, con elucubraciones sistémicas, y con errores infundados. La Vega, hay que dejarla como es y está, virgen, sin macha o mácula, y sólo autorizar una normativa de usos muy restringidos compatibles con el uso natural y agrícola.

Lo demás, eso que algunos nos quieren vender, es cargarse la Vega, nuestra Vega a medio o largo plazo. Y al final, diremos y nos echaremos las manos a la cabeza, y diremos el siguiente refrán: Entre todos la mataron, pero ella sola se murió.

Lógicamente, de inanición, invasión, contaminación, ahogo y cemento. Al pasar de los años sólo nuestros hijos tendrán el recuerdo de esa Vega de Granada, en las fotos del recuerdo de una gran perfidia y traición. eduardo m. ortega martín.
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