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Nueve de cada diez menores que cometen un delito no reinciden

Nueve de cada diez menores que cometen un delito no reinciden

La Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada fue ayer el punto de encuentro de más de doscientos profesionales del ámbito de la Psicología Jurídica y Forense que, en los últimos años, gracias a series de televisión como Mentes Criminales o CSI, han visto popularizado su trabajo de forma más o menos fidedigna. Al margen del hecho de que en la ficción los psicólogos forenses y jurídicos están más cerca de la figura del superhéroe de acción que de los sesudos investigadores que en realidad son, en lo que sí que aciertan esas series es en el papel fundamental que cumple la psicología forense a la hora de administrar la justicia y de tratar a víctimas y culpables.

Los más de 260 trabajos que desde ayer se están presentando en el V Congreso Nacional de Psicología Jurídica y Forense -que se celebra en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada y que será clausurado mañana por el médico forense Miguel Lorente- dan muestras más que suficientes de que sin la psicología forense y jurídica la justicia no sería lo mismo.

El psicólogo y pedagogo Javier Urra, presidente de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica, ofrecerá hoy durante su ponencia las claves de cómo la psicología jurídica se convierte en imprescindible en los casos de menores infractores. Según los datos que maneja el experto, el 87% de los jóvenes españoles que cometen delitos no reincide. Es decir, que prácticamente nueve de cada diez menores infractores de la ley no vuelven a hacerlo, y la razón, en la mayoría de los casos, hay que buscarla en el tratamiento psicológico que reciben. Urra, que participó en la exploración psicológica de \’El Rafita\’ -el menor que en 2003 y junto a otros cuatro jóvenes asesinó a Sandra Palo y que en la actualidad, tras quebrantar la libertad vigilada, se encuentra en paradero desconocido- asegura que los psicólogos forenses «están siempre del lado de la víctima» y actúan con el convencimiento de que «la sanción es parte de la educación» en los casos de menores infractores.

Así, el psicólogo y pedagogo aseguró que en los centros de menores de Andalucía donde estuvo internado hasta 2007 el implicado en el asesinato de la joven Sandra Polo se hizo «un trabajo estupendo». Sin embargo, debido a que la suya es «una familia criminal», el riesgo de reincidencia si vuelve a su entorno «es altísimo». «Ese chico es libre, le hemos ayudado y si reincide será la sociedad la que tenga que decir se acabó», explicó Javier Urra.

Sin embargo, pese a que se mostró conforme con bajar la edad penal de 14 a 12 años en los casos de delitos graves o reiterados, el presidente de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica aseguró que sería «un fracaso» si la sociedad se guía únicamente por el uso de sanciones. «La justicia es como poner tiritas cuanto te están bombardeando. La función está en la educación. Y, si no, tendremos más centros de reforma, más cárceles y más presos, pero no menos delitos», subrayó Urra.

Durante el congreso, en el que participan unos 800 asistentes, también se abordarán cuestiones como la violencia de género entre adultos y adolescentes, el mobbing, las alternativas al encarcelamiento, los conflictos familiares y sus consecuencias sobre los hijos, la veracidad de los testimonios o el bullying.
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