Diputación, Universidad y Ayuntamiento se resignan a la exclusión de la localidad del proyecto global de Fundación Saramago y mantienen su proyecto paralizado
Una vez finalizada la historia de amor de la Fundación Saramago con Castril, las principales instituciones políticas y gente de su entorno coinciden en afirmar que la ruptura de ambas partes era un secreto a voces que cada vez se iba evidenciando de una forma más clara. La paralización del proyecto del ambicioso edificio encargado al arquitecto portugués Álvaro Siza y retomado después por Jorge Suso (presupuestado en 1,8 millones de euros), el deseo de la viuda del escritor -la periodista Pilar del Río- de centralizar todo el trabajo de la Fundación en la sede que ésta tiene en Lisboa y la falta de espíritu por parte de las instituciones para dar el empujón final al proyecto han pesado finalmente tanto que Castril deberá quedarse como estaba hasta ahora: con un pequeño centro dedicado al Nobel portugués con una programación cultural propia y con la participación en él de los mismos patronos (Ayuntamiento de Castril, Diputación Provincial, Universidad de Granada y Pilar del Río) que firmaron en su día los estatutos de su constitución como una fundación.
«Pilar del Río ha dejado muy claro que quiere que la Fundación esté centralizada en Lisboa y que Castril no forme parte de ella. En realidad, este proyecto y este sueño se acaba por muchas razones y porque creo que ninguno de los que lo pusimos en marcha hemos sido capaces de cumplir lo que debíamos», lamentaba ayer a este diario el alcalde de Castril, Juan Mar.
Un sentimiento parecido es el que les queda al resto de instituciones implicadas en la fundación. Miguel Gómez Oliver, vicerrector de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Granada (UGR), aseguró que esa decisión «llevaba tiempo en el aire» ya que la financiación para la fundación «no terminaba de llegar» y el proyecto del edificio era «bastante difícil de llevar a la realidad en Castril, que siempre ha sido una «subsede».
La diputada de Cultura, María Asunción Pérez Cotarelo, aseguró por experiencia en este tipo de litigios que «la familia es la que decide» y que, en este caso, coincide en la idea de que «contar con varias sedes con las actuales condiciones económicas no es demasiado viable». «Castril es una referencia muy importante sobre Saramago, pero sobre todo a raíz de su relación con Pilar del Río. Es lógico que Lisboa reclame ser la imagen principal de la Fundación y no creo que esto signifique que la figura de Saramago tenga que perder fuerza en Granada», añadió la diputada.
En esta idea coincide el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Pedro Benzal, quien aseguró que aunque la Fundación finalmente no tenga una sede central en Castril, «Saramago estará siempre vinculado con Granada».