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Moschos Morfakidis: el espíritu de Grecia

bibliotecas con nombre propio

Moschos Morfakidis: el espíritu de Grecia

JESÚS ARIAS
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granada. Andalucía es una especie de Grecia universal. Así lo creyó al menos Moschos Morfakidis, un griego apasionado por España que acudió a estudiar Filosofía y Letras en la Universidad de Granada y ha terminado siendo profesor de Filología Bizantina y Neogriega y responsable de la Fundación de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas, con sede en Granada. En ella se encuentra una de las bibliotecas más curiosas de la ciudad: una dedicada exclusivamente a Bizancio y a la Grecia moderna. Todo el que quiera saber algo sobre la Grecia de hoy, o la de los dos últimos siglos, tiene en ese centro un manantial de saber. Un rincón con solera.
La biblioteca, ubicada en la Gran Vía de Colón número 9, está abierta al público y puede ser visitada para realizar consultas. Pero también es una biblioteca especializada con muchísimas aportaciones personales, comenta Moschos Morfakidis. Aquí han legado material muchos organismos públicos, como los ministerios de Educación y de Cultura de Grecia, o el ministerio de Chipre, la Academia de Atenas y varias universidades griegas. Hay incluso cosas de Aristóteles Onassis.

Aunque, sin duda, el legado más valioso y más amorosamente mimado por parte de Morfakidis es el aportado por los familiares de Konstantinos Tsatsos, quien fuera presidente de la República de Grecia cuya esposa, Ioanna Tsatsou, a su vez, era hermana del Premio Nobel de Literatura de 1965, Giorgios Seferis. El legado de Tsatsos, comenta Morfakidis, incluye también la biblioteca de Ioanna Tsatsou, que era una escritora muy respetada de la Generación de 1930, una generación que en Grecia era muy similar a la Generación del 27 española. Ioanna tenía todos los libros de esos escritores dedicados por ellos.

La idea de ubicar la biblioteca de la Fundación de Estudios Bizantinos en Granada fue de otro ilustre pensador griego, Konstantinos Tsiropulos, al que la Universidad de Granada nombró doctor honoris causa el año pasado y que fue uno de los encargados de convencer a la familia de Tsatsos para que su legado estuviese en Granada. Lo hizo posible.

El objetivo de la fundación, que fue creada por el Estado griego, es promocionar los estudios bizantinos y neogriegos (es decir, todo lo relacionado fuera de la Grecia clásica) en el mundo hispanoamericano. Es una fundación que funciona como un centro de investigación. Para ello, su fundador, el Estado griego, quiso ligarla a la Universidad de Granada: el rector de la Universidad es el presidente de honor, mientras que los embajadores de Grecia y Chipre, la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Adra –Abdera– son miembros.

Lo que hace la fundación es completar la labor en la docencia del griego moderno a través de becas o profesores que vienen a Granada en comisión de servicio. También forma lectores en Grecia que luego destina a la Universidad de Granada, señala Morfakidis.

La fundación se encuentra ahora inmersa en diversos proyectos. Uno de ellos es la realización de un diccionario Griego-Español, Español-Griego que se encuentra en su fase inicial. Además del diccionario general o común, se están realizando varios monógraficos especializados, por ejemplo, en términos náuticos, ictiológicos o religiosos. En él están trabajando investigadores españoles y griegos, comenta Morfakidis. Calculamos que, para el año que viene, estará terminado el diccionario Griego-Español, que contará con más de 100.000 lemas. Luego comenzaremos con el Español-Griego.

Otra de las líneas de trabajo se centra en la realización de un archivo y una base de datos de las fuentes españolas, árabes y judías sobre Bizancio y la Grecia Moderna. Estamos investigando en los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, en donde hemos microfilmado todos los documentos en torno a las relaciones entre Grecia y España hasta el periodo entre-guerras del siglo XX. Ya se han publicado todos los documentos relacionados con el reinado de Otón I de Grecia, que se centra en la mitad del siglo XIX, explica el catedrático.

Una de las curiosidades descubiertas por la Fundación de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas fue la existencia de una importante comunidad griega en la isla de Menorca durante el siglo XIX. Ahora estamos digitalizando los documentos del Archivo de Mahón, en los que se detecta una interesante presencia de inmigrantes griegos, señala Morfakidis, que destaca la historia de apellidos como Ladiko –una saga familiar que llegó a ser realmente influyente– o Aleksianos. Fue una comunidad próspera, formada sobre todo por comerciantes y navieros.

¿Existe interés en Grecia por España? Moschos Morfakidis no duda ni un instante en responder: Sí, muchísimo, responde. España siempre ha sido un país muy entrañable para los griegos. Desde el momento en que uno llega, se siente como en casa. Los españoles también se sienten en Grecia como en casa, una vez que han superado la barrera del idioma que, por cierto, no es muy diferente.

Y dentro de España, es Andalucía la comunidad más griega. Se trata de la comunidad más receptiva y hospitalaria, aunque quizá Cataluña tenga paisajes más similares con Grecia. Tal vez por eso, la biblioteca parece sentirse en Granada como en casa.

En este centro de estudios hay volúmenes por todas partes, varias salas, algunos estudiantes griegos que viven en Granada y que consultan en las estanterías. Una de las habitaciones es una sala íntegramente dedicada al legado de Konstantinos Tsatsos.

Reina un aire presidencial ahí dentro, tal vez en recuerdo de este hombre que guió los destinos de Grecia entre 1975 y 1980 y que falleció en 1987. Un retrato del presidente reposa sobre una de las estanterías. Hay volúmenes centenarios, una Biblia ortodoxa en griego y hebreo con las pastas metálicas y bellamente tratadas.

Mientras tanto, Morfakidis va explicando nuevos proyectos: las publicaciones que la fundación está realizando con lo que será la Biblioteca de Autores Clásicos Neogriegos, que publicará 30 volúmenes de poesía y otros 30 de prosa, todos ellos traducidos a las cinco principales lenguas europeas, además del ruso y el árabe. En ese proyecto participan, además de varias universidades griegas, las universidades de Nápoles, Cambridge y Montpellier, dice el catedrático. Se trata de hacer ediciones críticas con traducción y comentarios.

Y una curiosidad: la fundación está ahora buscando para comprar todos los libros de viajeros españoles escritos sobre Grecia, los Balcanes, Tierra Santa o el Imperio Otomano. Ahora mismo tenemos la mejor colección de España de esa clase de libros, asegura Morfakidis. Ni siquiera la Biblioteca Nacional de España tiene tantos libros como nosotros dentro de ese género. Lo mismo han hecho con el legado de un experto en Bizancio, Láscaris Comneno, que construyó una impresionante biblioteca con miles de volúmenes. Y es que en Granada, aún hay mucho de historia griega

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