creadores
Mobiliario enamorado
BLANCA DURÁN
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granada. Tabla de madera conoce a tabla de madera. Se miran, parece que se gustan y comienzan a verse con mayor asiduidad. Cada día que pasa, en cada nueva aventura de su relación, un tornillo y nuevas tablas van fortaleciendo su unión. El cuento tiene un final feliz: las dos mesas ya construidas viven juntas y no volverán a separarse jamás.
Fernando Bayona concibe como un cuento cada una de sus esculturas. Eso sí, como un cuento de amor donde las sillas no son sillas, sino la excusa para hablar del cuerpo y de las relaciones de pareja, según explica el propio autor.
El artista jienense crea cada una de sus obras mimando los detalles: materiales de la mejor calidad y acabados precisos para las ideas más vanguardistas, que casi siempre terminan teniendo forma de objetos cotidianos con una pequeña o gran revisión a su significado: Estoy muy centrado en la escultura, no conozco otro lenguaje con el que pueda reflejar mejor mi verdad, afirma.
Fernado Bayona es un torrente de ideas y, en estos días, ultima uno de sus nuevos y ambiciosos proyectos, una escultura compuesta por una bañera sobre una estructura de madera que también tiene remos. Su significado: plasmar el mundo de sueños y de preocupaciones de quien está enamorado, que se manifiesta al espectador en forma de conjunto armónico blanco. El blanco tiene unas connotaciones muy concretas que me interesa enfatizar, como la pureza, la protección o la inestabilidad de las nubes, afirma.
En el último año Bayona ha creado cerca de diez instalaciones con unas sillas muy especiales como protagonistas: sus medidas siempre son múltiplos de dos –dos metros de alto, con asientos cuadrados de cuarenta centímetros de lado– y con un detalle que logra romper con su concepción clásica y que lo transforma por completo de significado.
Proyecto de navegación, que ganó el Premio Alonso Cano de Escultura del año pasado, es una silla de madera de haya de dos metros de alta con dos remos e, inevitablemente, habla del amor: Cuando estás sentado en esa silla puedes ver a la persona que deseas. Los remos son el deseo de acercarte a ella pero, al no haber agua, se convierte en un imposible el acercarse a ella, que es lo que sucede muchas veces por la falta de decisión de uno mismo. Hace unos meses, la Diputación de Granada adquirió una silla con dos asientos colocados como una doble escuadra. Concebida para ser instalada en un parque, la silla pretende unir a dos personas completamente desconocidas: Al tener un espacio tan pequeño, por fuerza se chocan las rodillas de las personas que están sentadas, lo que produce el contacto visual y puede llegar a desencadenar una historia de amor.
Una de las constantes que viene siendo habitual en la obra de Bayona es la tendencia a duplicar objetos iguales. Dos sillas, dos mesas… que reivindican, de forma sutil, la homosexualidad. Así, algunas de las creaciones en esta línea presentan dos enormes sillas metálicas que no se pueden escalar ya que, del peso, caerían encima de quien osa a subirse a ellas y que, si alguien logra sentarse en ellas, tiene una sensación de continua inestabilidad.
Los inicios de Fernando Bayona en la escultura no pudieron ser más clásicos. Estudiante de Bellas Artes, se fue a trabajar con una beca de un año a Carrara (Italia), cuna del mármol. Allí entró en contacto con Andrea Barsi –uno de los grandes técnicos de escultura en bronce que habitualmente trabaja con autores de reconocido prestigio como Fernando Botero, Arnaldo Pomodoro o Louise Bourgeois– de quien aprendió las técnicas clásicas para esculpir sus esculturas en mármol. Interesado en esa forma de trabajar con los materiales, el artista está ahora más interesado en las nuevas formas de la escultura más atrevida y transgresora.
El artista contemporáneo tiene que ser consciente de que los materiales nobles siempre van a estar allí, pero también debe vivir su época. Ahora tenemos la obligación de romper más las fronteras del arte. Objetos de casa o materiales como el metacrilato nos pueden llegar a contar muchas historias, apostilla.
Recientemente ha expuesto en el Carmen de la Victoria Castillos en el aire, una de sus apuestas más personales con la que venía trabajando desde hace años. La muestra, una instalación con jaulas-casas, plantea la necesidad del ser humano de encontrar un lugar de protección, un refugio. Las jaulas son las imposiciones sociales que te dicen cómo tienes que ser y actuar en cada momento, asevera Bayona.
Las jaulas de Castillos en el aire están creadas en hierro, un material duro y dañino que el artista ha cubierto protegiéndolo con lana y algodón, creando un lugar que se asemeja a una nube. Las jaulas son casas; algunas tienen muchas ventanas y muchas puertas, ya que acogen a todos los miembros de tu familia y a tus amigos más cercanos, aquellos con los que te sientes bien y que convierten las jaulas en lugares cálidos donde es posible sentirse bien, apostilla.
El artista ha comenzado a trabajar con otras disciplinas y algunos de sus próximos proyectos están centrados en la fotografía y las videoinstalaciones. Autor polifacético, Bayona también ha realizado numerosos trabajos como diseñador gráfico, donde destaca el nuevo diseño de la cubierta de los libros de los Premios Lorca de la Universidad de Granada y la creación de una curiosa colección de camisetas que forman parte de un proyecto artístico: Necesito tener varias líneas abiertas en mi obra, cada una me sirve para desarrollar unas ideas concretas con las que mostrar una nueva parte de mí.