francisco cano bueso. delegado de salud
Me hubiera gustado estar al mando para ver curaciones con células madre
Cano Bueso está a la espera de que la Junta de Andalucía haga efectivo su cese como delegado provincial de Salud, una renuncia voluntaria motivada por razones familiares y personales que lleva madurando desde hace un año. Cuando sea sustituido, volverá a su labor como médico del servicio de Digestivo del Virgen de las Nieves, para lo que tendré que volver a estudiar y actualizarme.
fotos: esther falcón
decisión. Francisco Cano Bueso espera que en los próximos días la Junta haga público su cese y nombre a un nuevo delegado provincial.
SUSANA VALLEJO
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granada. –Quizá uno de los ejes principales de su trayectoria como delegado sea la materialización del Campus de la Salud.
–Sin duda. Ha sido un trabajo enorme partiendo de una idea lúcida que tuvo el rector Pascual Rivas. Es una visión fantástica hecha realidad unida a la construcción del nuevo hospital y al Banco de Líneas Celulares. En mi opinión, el Campus tiene una potencialidad que está por venir y que tiene que proyectarse hacia fuera de Andalucía y de España.
–¿Cuando se podrá comprobar su efectividad?
–La apertura del nuevo hospital será clave para aunar sus objetivos de investigación, sanitarios y asistenciales. No obstante, lo más importante es ver cómo partiendo de unos terrenos rústicos especialmente protegidos se ha llegado a lo que hay, no sin dar muchos saltos al vacío y tomar decisiones de riesgo. De lo que era un gran proyecto y que en un momento tuvo una gran crisis de credibilidad hoy ya nadie duda de su realidad, que no ha hecho nada más que empezar.
–El traslado del Clínico era una necesidad asistencial básica.
–El Clínico había quedado obsoleto. Tenía una configuración disfuncional porque estaba hecho a trozos y llegó un momento en el que todas las inversiones que se hacían para mejorarlo eran insuficientes. Además, era necesario equilibrar la ciudad con el Área Metropolitana.
–No es muy normal que una ciudad tenga sus dos grandes hospitales a escasos metros.
–No era razonable que permanecieran a 200 metros. Uno tenía que trasladarse al sur. Esa idea se maduró en 1988 con el consejero Eduardo Rejón y José Moratalla como delegado. Después se hizo un plan director para demostrar esa idea, que fue la que originó todo el proyecto del Campus.
–Otra de las bases de la sanidad granadina actual es la presencia en la ciudad del Banco Nacional de Líneas Celulares. ¿Se está dando una importancia anticipada a la investigación celular?
–Lo que es cierto es que todos los grandes investigadores dicen que la esperanza de la respuesta curativa de determinadas enfermedades está vinculada a la investigación con células madre. Es una máxima en la que no hay debate. Puede haber matizaciones de índole moral o ético y para no levantar falsas expectativas. Es injusto y hasta cruel que alguien trasladara que esto está al alcance de la mano y que en pocos años resolveremos grandes enfermedades. Sin duda llegará, pero tardará su tiempo. Hay que mantener la cautela.
–Tras siete años y medio como delegado. ¿Qué satisfacciones se lleva?
–He tenido muchas. El nuevo hospital del Campus, el nuevo pabellón quirúrgico del Virgen de las Nieves, el proyecto del hospital de Guadix y la reforma de los de Baza y Motril, la reforma de la Atención Primaria y la llegada de la asistencia a todos los pueblos de la provincia. De hecho, he firmado más de 250 convenios con los alcaldes de la provincia. La Diputación también ha sido muy importante. Pero, sin duda, mi gran pasión y lo que más me estimuló fue el Campus. Y su estrella: el Banco de Líneas Celulares, al que está ligado el camino de la modernidad.
–¿Existe una descompensación asistencial entre la capital y el Área Metropolitana?
–Se sigue concentrando todo en la capital con los dos hospitales en la zona Norte, así que la ubicación de un hospital en el área Sur, la zona por la que ha crecido Granada en los últimos años, nadie la discutía. Con esta medida, se podrá equilibrar la asistencia sanitaria.
–¿Y en la provincia?
–Estamos trabajando porque ningún ciudadano esté a menos de 30 minutos de un centro hospitalario. Ahora hay cuatro hospitales públicos en construcción, con lo que tendremos siete hospitales en la provincia. Además, la figura del médico de familia está llegando a los lugares más recónditos.
–¿Tiene la sensación de que nadie está contento con las medidas que se toman en el área sanitaria ya que todo parece poco?
–Ante la sanidad no tiene que haber desigualdades por lo que nuestra política es movernos en la participación profesional y del usuario. Los ciudadanos requieren rapidez pero hay veces en las que los problemas surgen cuando la capacidad de respuesta se ve superada por las exigencias de la población. Los recursos son limitados pero hemos avanzado mucho, ya que el sistema sanitario se tiene que legitimar cada cuatro años en las urnas y necesita de legitimación social para salir adelante.
–¿Llegarán a desaparecer las listas de espera?
–Granada no cuenta con listas de espera en las patologías que realmente suponen un riesgo para los ciudadanos. Disponemos de dos decretos para la demora quirúrgica y para las consultas de especialistas y pruebas complementarias que han sido los más valientes frente a otras comunidades como Madrid.
–Otro de los problemas de la sanidad actual es la proliferación de agresiones a profesionales en los hospitales. ¿Se está haciendo todo lo que se puede para prevenirlas?
–En la provincia hay unos 10 millones de contactos anuales en los centros sanitarios, por lo que es normal que existan fricciones. Lo que hay que ver es que todo tiene un límite y un contexto. Así, los profesionales deben saber que el sistema sanitario está con sus profesionales cuando se producen agresiones injustificadas. Eso no lo puede tolerar el sistema ya que no es justo que un buen profesional sea insultado o agredido por un ciudadano.
–¿Qué le queda en el tintero?
–Me hubiera gustado ver desde el puesto de mando cómo se materializa la curación con células madre después de lo que nos ha costado. Ver a las personas ir al hospital a recibir terapia celular de forma habitual. Lo veré como médico.