Inicio / Historico

Más asistencia a clase con menos aprobados

Luces y sombras integran el balance del primer año de implantación de los nuevos estudios de la Universidad de Granada. Por un lado, uno de los grandes males que padece esta institución, la falta de asistencia a clase del alumnado, ha mejorado considerablemente gracias a que el Plan Bolonia exige una evaluación continua de los estudios. Pero por otro, se ha registrado un descenso en las notas de algunos cursos de primero que genera cierta inquietud en el Rectorado.

A la espera de conocer las actas definitivas de calificación de los grados, la vicerrectora Lola Ferre reflexionó esta semana sobre ambas cuestiones. Respecto a la mejora de la asistencia del alumnado, apunta que años atrás las ausencias en las aulas han llegado a alcanzar incluso el 20%, lo que hace insostenible la calidad docente, además del derroche económico que implica. «El sistema de evaluación continua de los grados obliga ahora al estudiante a asistir a clase y a los docentes a pasar lista diariamente para llevar un control», explica la responsable de Grado de la UGR.

Sin embargo, el descalabro registrado en las calificaciones de algunas materias de primer curso ha despertado la voz de alarma en el departamento. «Los grados contienen en su introducción unas materias básicas que ha cogido desprevenidos a muchos alumnos -informa Ferre-. Por ejemplo, un estudiante de Derecho tiene en primero una asignatura sobre Economía. Esto ha influido negativamente en los resultados».

En septiembre, cuando dispongan de todas las actas, el Vicerrectorado de Grado hará una evaluación y abrirá un debate con el profesorado para analizar las causas y establecer medidas de mejora. Aunque la adaptación de los nuevos estudios ha despertado el interés de los docentes, según Ferre ahora «muy motivado», la presión que ejerce el Ministerio de Educación es mayor.

Cada universidad dispone de seis años para acreditar los estudios adaptados a Europa (a la UGR le quedan ya cinco). «Si las tasas de graduación son bajas, saldremos perjudicados porque nos hemos comprometido con el Gobierno a alcanzar unos mínimos», detalla la vicerrectora.

Es el caso de Ingeniería, donde sólo el 10% del alumnado logra acabar la carrera en los años estipulados y registra una de las tasas de abandono más altas de la Universidad. «En todas las titulaciones nos hemos fijado un compromiso de mejora. Concretamente en Ingeniería nos hemos propuesto aumentar la tasa de aprobados al 30%», informa Ferre. Otras carreras, en cambio, tienen unos niveles óptimos, como le ocurre a Enfermería, que cuenta en la UGR con un 90% de aprobados.

Por otra parte, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad acaba de concluir su valoración de los cursos posdoctorales de la UGR a los que ha otorgado una puntuación de 70 sobre 100. «Todos los másteres de las ingenierías han sido aprobados y los de Ciencias de la Salud también, excepto uno; en cambio, de los de Ciencias Sociales sólo uno ha pasado el corte: el de Ciencias Económicas y Empresariales».

Descargar