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Los residuos del aceite de oliva, abono para las setas

La spin off de la Universidad de Granada, Micelios del Sur (Misur), ha patentado un sustrato para cultivar hongos comestibles a partir del alperujo, uno de los residuos resultantes de los procesos de extracción del aceite de oliva.

La institución académica informó que el novedoso sustrato supone la reutilización de 300 toneladas anuales de este tipo de desechos, procedentes de la industria olivarera. Las ventajas del abono van desde beneficios ambientales, una mayor producción, y el aumento de la resistencia de los hongos frente a posibles infecciones.

El director de Misur, Alberto Lamenca, precisó que el orujo obtenido aporta nitrógeno, un nutriente que aumenta la productividad de las setas. Asimismo señaló que este residuo contiene polifenoles, unos compuestos antioxidantes que actúan como fungicidas naturales, evitando posibles agresiones de patógenos.

El director de Misur especificó que la Universidad ya está comercializando las tradicionales alpacas de setas. Estas bolsas de plástico contienen diversos desechos agrícolas, así como la semilla del hongo, el micelio. La novedad estriba en añadir orujillo, un subproducto de las almazaras procedente del proceso de molturación de la aceituna.

Lamenca explicó que el proceso es posible gracias al crecimiento de los micelios, individuos adultos del hongo que se introducen en la mezcla de cultivo.

Misur se ha centrado en las dos especies de hongos más demandadas, la seta común y la shiitake o «deliciosa», originaria de Asia.

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