EI el comportamiento de los canónigos de Córdoba en la liquidación de Cajasur es un ejemplo perfecto de atención desmedida al interés propio, sin cuidar el de los demás; de localismo y perjuicio a la construcción regional, la agrupación de las universidades de Sevilla y Málaga para conseguir un Campus de Excelencia Internacional es todo lo contrario. Afortunadamente, cada vez son más los que piensan que sin especialización, calidad y cooperación no habrá un verdadero progreso regional. Y es una lástima que Granada rechazara la invitación de Málaga para participar en Andalucía Tech.
Hay que felicitar a las dos universidades concernidas, y en particular a sus escuelas o facultades de ingeniería industrial , informática y telecomunicaciones, que serán el eje de esta iniciativa. Y también elogiar a sus rectores, Joaquín Luque, un ingeniero y filósofo que está en su primer mandato, y Adelaida de la Calle, una bióloga que en su segundo mandato tiene a la comunidad universitaria malagueña tan en vilo como Zapatero a las huestes socialistas: no ha anunciado todavía si optará a una tercera elección.
La puesta en práctica de este puente universitario entre Málaga y Sevilla tiene un peculiar sistema de financiación. Inicialmente se trata de un préstamo del Ministerio de Educación de 5,3 millones de euros, que será convertido por la Junta en subvención. Todo esto va a suponer un trasiego de profesores y alumnos entre las dos ciudades de lo más saludable. Viajar enseña mucho y gran parte de los recelos entre las dos principales ciudades de Andalucía se limarán con el uso. La idea de los campus de excelencia es del secretario general de Universidades, Màrius Rubiralta, que ya se ocupaba de la materia en el Ministerio de Innovación con Garmendia y ahora sigue en Educación con Gabilondo. Se trata de alentar la especialización para conseguir que determinados departamentos sean una referencia internacional en 2015.
Entre los peros que se le pueden poner al plan está el nombre. La excelencia, la calidad superior, es elitista por definición. Y si ya hay 22 universidades en España con la etiqueta de excelente, en nada de tiempo será difícil distinguir la paja del trigo. En esta convocatoria se ha calificado de campus de excelencia de ámbito regional el proyecto de Bio Tic de la Universidad de Granada con el Campus de la Salud, y ha sido renovado el agroalimentario que lidera Córdoba, con Cádiz, Huelva, Almería y Jaén. De todas las universidades andaluzas, sólo a la Olavide de Sevilla le falta esta etiqueta. Su proyecto fue considerado magnífico por el comité internacional de evaluación, desde el punto de vista técnico y científico, pero no prosperó por falta de concreción práctica.
Esto nos da la pauta. La innovación debe buscar la aplicación práctica en colaboración con la iniciativa privada. Son los nuevos tiempos.