Los libros que odió Juan Ramón
MIGUEL RODRÍGUEZ
lectura. Una joven lectora lee un Platero y yo en la caseta de Teorema.
G. CAPPA
@ Envíe esta noticia a un amigo
granada. De vivir Juan Ramón Jiménez, es posible que ayer hubiese impedido la lectura comentada de sus obras de Amelina Correa. Puede que esté revolviéndose en la tumba, explicó entre risas la profesora de Literatura Española de la Universidad de Granada en un acto que tuvo lugar en el Palacio de Bibataubín. ¿La razón? Poemas como Elegíaca, de su libro Ninfeas, en la que Juan Ramón daba sus primeros pasos en la poesía. Estás sola en el sepulcro, sola mi muerta adorada, y la noche está muy fría, y el viento medroso brama, y el mochuelo taciturno, silba su concierto extraño.
De hecho, es casi imposible encontrar este libro porque Juan Ramón renegó de ellos ya que los consideraba inmaduros. Es más, el poeta onubense buscó durante gran parte de su vida estos libros de su primera época para eliminarlos materialmente. Tanto es así que la profesora tuvo que leer los poemas en una fotocopia. Casi consiguió hacerlos desaparecer por su carácter obsesivo al máximo.
En su lectura, Amelina Correa se centró en la etapa modernista de Juan Ramón, quizás su etapa más olvidada. El poeta llegó a Madrid en 1900 y fue apadrinado al momento por Villaespesa, que organizó en torno a sí un círculo de jóvenes integrados en el modernismo. En esta época publicó el anteriormente citado Ninfeas –que es un cultismo de nenúfar– y Alma de violeta. Los originales que escaparon de la particular persecución de Juan Ramón estaban escritos en tinta verde –como el color del nenúfar– y en violeta, en el caso del segundo libro. Además, fueron prologados por Rubén Darío y Valle-Inclán, respectivamente. Estos dos libros pretendían ser objetos de arte total en una época en la que eran muy importantes las ilustraciones, la edición, la calidad del papel…, dijo Correa. Con todo, Juan Ramón no los tenía en gran estima y siempre que tenía que hacer una biografía sobre su vida los obviaba.
Completó la mesa redonda Teresa Gómez, profesora de la Universidad de Valladolid, para hacer un recorrido comentado por la evolución del poeta. En su opinión, Juan Ramón abrió muchos caminos para renegar de ellos después porque no le gustaba que lo encasillasen. Por eso, buscó siempre la palabra perfecta desde muchas ópticas diferentes.
para niños. Este año lo dedicamos a Platero y tú, explicó un confundido monitor del taller para niños dedicado al inmortal burro de Juan Ramón Jiménez. Pero la Feria del Libro no homenajea este año al grupo de rock que lideró Fito en la década de los noventa. Sí en cambio a Platero y yo. El propio Juan Ramón, en un prólogo al libro escribió: Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren.
Los niños del taller no leyeron la obra pero sí rieron con la vida del burro juguetón y se entristecieron cuando los monitores mostraron un pictograma con una tumba que simboliza la muerte de Platero. Después, otro pictograma explica que todavía en Moguer se escucha la voz de Juan Ramón diciendo: arre, Platero. Pero antes de la tristeza, los niños conocieron Moguer y la vida de Juan Ramón con dos monitores con nariz roja de payaso. Mira mamá, la tiene roja porque está resfriado, bromeó una niña.
El espíritu del taller patrocinado por SM es crear el hábito de lectura en las niños sin pretender que dejen sus juegos infantiles, indicó Natanael Blanco, quien en uno de los juegos se muestra totalmente absorto en la lectura de un libro. Llega su compañero, Darío García, y lo tienta con mil juegos y juguetes, pero el monitor permanece fiel a su lectura. Finalmente, se saca un libro del bolsillo y lo invita a leer en su compañía.
Algunos niños, tras salir del taller, buscaron en compañía de sus padres un libro del borriquito. El más solicitado fue un Platero y yo para niños contado por Concha López con ilustraciones de Ximena Maier que exhibía la Librería Teorema. Desde que lo trajimos el lunes hemos vendido ya cerca de 15 ejemplares, explicó la dependienta. Juan Ramón no es sólo protagonista virtual de la Feria. También en ventas.