Un estudio de la UGR revela que estas personas tienen un gran control emocional ante todo tipo de estímulos
Los enfermos terminales que se sienten satisfechos con su vida y perciben su futuro con realismo afrontan mejor la muerte que los demás, según un estudio pionero realizado por investigadores de la Universidad de Granada (UGR). Además, estas personas muestran un procesamiento emocional diferente de la población general caracterizado por una mayor sensibilidad ante los estímulos negativos que a los positivos y un gran control emocional ante todo tipo de estímulos, según informa la institución docente en un comunicado.
Se trata del primer estudio realizado que emplea el International Affective Picture System (IAPS) y el Self Assessment Manikin (SAM) para caracterizar el estado emocional de una población de enfermos terminales. Estos instrumentos se han empleado sólo de manera experimental y en la determinación del proceso emocional de otras poblaciones clínicas como, por ejemplo, drogodependientes o enfermos psiquiátricos.
Los autores de esta investigación consideran que «se deben diseñar intervenciones con estos pacientes que potencien la capacidad de disfrutar de las experiencias emocionales cotidianas de naturaleza positiva. Por otro lado, el mayor control emocional mostrado por los pacientes nos puede ayudar a entender que, tal vez, no es un ser tan desvalido emocionalmente como se piensa y se debe, por tanto, fomentar una información honesta con el enfermo terminal».
Los resultados de este trabajo demuestran que los pacientes terminales no oncológicos presentan una mejor adaptación emocional frente a los oncológicos, que tienden a presentar mayores niveles de alteración por encima y por debajo de la media de la población normativa indicando una mayor complejidad emocional.
El autor principal de este trabajo es Rafael Montoya Juárez, del departamento de Enfermería de la UGR, y ha sido dirigido por los profesores Francisco Cruz Quintana, María Paz García Caro y Jacqueline Schmidt Río-Valle.
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