«Entre romántica y truculenta». Así es la parte más oscura de una España barroca y así son los personajes que se cuelan entre misteriosos y profanos en Tránsito, la exposición con la que el artista jienense Santiago Ydáñez regresa al seno de la Universidad de Granada que le ha visto convertirse en uno de los creadores más importantes de su tiempo.
Tránsito, que podrá verse en el Crucero del Hospital Real hasta el próximo 27 de abril, reúne medio centenar de obras que exploran lo que hay de sentimental y de salvaje en los seres (humanos y no). Rostros en blanco y negro que miran al vacío y, sin embargo, buscan dialogar con quienes los miran son una de las constantes de esta muestra provocadora y magnética. Y es que, para Santiago Ydáñez, el rostro es el mejor resumen del ser humano. «Tiene un registro de sensaciones muy amplio, expresa muchísimo en un espacio muy pequeño», asegura el artista, que actualmente vive y trabaja entre Granada y Berlín y que ya ha llevado sus obras por las capitales más importantes del mundo.
Gran parte de las obras de este Tránsito que Ydáñez construye como una «asunción mística» o una «ensoñación», encuentran su razón de ser en grandes formatos, una constante en la trayectoria de un artista que entiende la pintura como una «interacción» con el lienzo, como un diálogo directo entre la persona y el espacio en blanco con los acrílicos como únicos mediadores. Son rostros que proceden en gran parte del legado de la imaginería barroca andaluza, con su fuerza y su inquietud, y que se completan con enorme toro rampante que reta al espectador y una colección de pequeños retratos de personajes que aparecen en la colección privada de Isabel la Católica y de la Historia del Arte y a los que da forma con ironía.
Esta exposición continúa la serie iniciada hace un año con Juanjo Guarnido: trayectoria de un dibujante, con la que el Centro de Cultura Contemporánea de la UGR pretende dar una mayor proyección y acercar la obra de artistas vinculados con la Universidad a toda la ciudad.
