Los análisis de ADN y los estudios que realiza la Universidad de Granada para identificar a niños que pueden ser víctimas del tráfico de seres humanos han permitido que en la última década hayan podido volver con sus familias unos 750 menores de diferentes países. También se han prevenido otros 250 casos de adopciones ilegales, al comprobar que los niños no eran los hijos biológicos de los supuestos padres participantes en el proceso.
Estas cifras pueden ser pequeñas en relación a «los cientos de miles de seres humanos que cada año son robados, explotados o maltratados» en el mundo, pero según el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, Juan José Rodríguez Sendín, ésta es la «única forma de luchar que hay además de las medidas policiales», por lo que, a su juicio, este programa pionero de la Universidad de Granada debería tener más apoyo de las autoridades.
El programa DNA-Prokids, que desarrolla el Laboratorio de Identificación Genética de la UGR, se puso en marcha en 2004 como experiencia piloto en Guatemala y México. Hoy está operativo en 16 países, la mayoría de América Latina y Asia, países donde está muy extendido el tráfico de seres humanos como negocio lucrativo. El director del programa, el profesor de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente, explicó ayer que gran parte del trabajo repercute en resultados indirectos, pues muchos casos se evitan por las trabas que se han puesto con anterioridad mediante los análisis realizados.
Un ejemplo es el caso de Melilla, donde se comprobó hace un año y medio que el 30% de los niños que pasaban la frontera no eran hijos de sus supuestos padres biológicos. Lorente aseguró ayer que actualmente estas situaciones apenas se producen desde que se están haciendo los estudios genéticos.
El presidente del órgano que aglutina a los médicos españoles reclamó «solidaridad e inteligencia» por parte de los todos países desarrollados porque considera que actuar activamente en el control del tráfico ilegal de personas no solo es un deber solidario y de humanidad si no que tendría consecuencias positivas a nivel local, pues es «un problema que afecta a todos».
En concreto Sendín, que ayer firmó un convenio con la UGR para extender este programa de identificación genética, pidió públicamente apoyo a las autoridades de España, pues nuestro país aún no ha adoptado esta iniciativa como forma de trabajo «ni le ha dado el reconocimiento que merece». El médico agregó que este programa «tan original y gratuito» debería estar aún más extendido.
El rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, también reivindicó ayer la necesidad de extender este programa todo lo posible y precisamente para ello se ha recurrido al papel de los médicos, que mediante la firma del convenio de ayer darán a conocer el programa pionero de identificación genética de la UGR.