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Lo magistral ahora es innovar

Un 21% del profesorado participa en el programa de Innovación Docente de la UGR, que concede ayudas de hasta 7.000 euros para renovar la metodología de enseñanza

Hasta hace un año, los profesores universitarios que trataban de renovar su método docente no veían reconocido académicamente el esfuerzo. La satisfacción de conseguir una mejor capacitación de los estudiantes era lo que motivaba el trabajo ‘extra’ que requería cambiar el proceso de enseñanza, pero no podía competir con la faceta investigadora, que sí les reportaba méritos curriculares y económicos.

Desde 2010 esto ha cambiado. «Ahora para ser un buen profesor no sólo hace falta cultivar el ámbito científico, también hay que innovar en la docencia y adaptar la metodología de trabajo a las exigencias de Europa», explica el director de la Unidad de Innovación Docente de la Universidad de Granada, Antonio Miñán. La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (Aneca) es ahora la encargada de supervisar todos los proyectos de mejora de la docencia universitaria y los acredita al mismo nivel que los de investigación.

Desde que esta Unidad inició su andadura en 2000 en la UGR se han ido ampliando las áreas del Programa de Innovación y Buenas Prácticas Docentes hasta configurar un abanico de once temáticas a las que optan una media de 1.400 profesores al año. «En total se presentan unos 250 proyectos anuales -informa Miñán-, de los que se acaban aprobando unos 200 aproximadamente».

Las facultades que tienen un profesorado más activo en el ámbito de innovación docente son las de Ciencias, Económicas y Empresariales y Educación. Y de las once áreas en las que se desglosa el programa, la de Innovación en metodologías docentes para clases teóricas y prácticas es la que más proyectos recibe, sobre todo desde la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior. En la convocatoria 2011-2012, que está abierta hasta el 10 de mayo, cada idea de este área se incentiva con hasta 7.000 euros.

Uno de los primeros proyectos que aprobó la oficina de Miñán cuando la empezó a dirigir en 2008 fue Un aula en el mar, presentado por un grupo de profesores (deben ser un mínimo de tres) de Biología Marina. «Idearon llevarse a los estudiantes de esta materia a Motril para que estudiaran el litoral haciendo inmersiones en el mar», explica. Pero no es el único proyecto que destaca su máximo responsable. Los docentes de la Facultad de Económicas y Empresariales suelen presentar bastantes proyectos de visita a empresas. «Valoramos especialmente los que vinculan la innovación con el empleo, porque con la crisis la Universidad debe preocuparse por las salidas profesionales de sus estudiantes», añade Miñán.

Una de las áreas del programa está dedicada precisamente a la innovación en orientación y tutorías. La mayoría de los 28 centros de la UGR están volcados con los planes de acción tutorial, cuyo cometido principal es ayudar al estudiante a mejorar su empleabilidad. «Aunque todavía hay alumnos que no se benefician de estas tutorías -advierte Miñán- porque se centran en los de último curso, y desde aquí animo al profesorado a plantear más proyectos de este tipo».

El concepto de innovación es muy efímero. Hace unos años un docente podía presentar como proyecto innovador la creación de una página web para su materia, pero hoy en día esto ya es lo mínimo que se debe hacer en una institución superior. Sin embargo, la gestión on-line de los procesos de enseñanza todavía no está generalizada, de ahí que se incentive con hasta 3.000 euros los proyectos para este ámbito.

Que sólo un 21% del profesorado de la Universidad de Granada presente proyectos de innovación docente es sintomático de que todavía hay una fuerte reticencia a cambiar de metodología. Miñán cree que hay varios factores que contribuyen a ello: «la excesiva carga burocrática que afrontan los docentes, la falta de práctica en el trabajo en equipo, la casi inexistente coordinación entre los departamentos y los centros y la ausencia de actuaciones interdisciplinares.

Todavía hoy los docentes que se prestan a innovar en la enseñanza son aquellos que, por iniciativa propia, se agrupan con otros colegas de departamento. «Hace falta una mayor coordinación por parte de los centros y departamentos para motivar al profesorado a renovar su forma de impartir las clases», opina el director de la Unidad.

Las ayudas están muy diversificadas. Ahora se apuesta por las buenas prácticas, con proyectos que han conseguido penetrar, por mejorar el practicum y mejorar los servicios de la Universidad.

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