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Las obras provocan el corte de la fibra óptica de la UGR

Las obras provocan el corte de la fibra óptica de la UGR

La institución ha cableado por aire la red informática para evitar roturas; un circuito alternativo permite que siempre se mantenga el servicio

pepe marín
cambios. La fibra óptica de la Universidad discurre ahora por el aire.

Si el sistema falla se cae la contabilidad de la institución

ANA GONZÁLEZ
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granada. Las obras que salpican la ciudad se han convertido en una amenaza para el cableado soterrado por el que circulan los datos informáticos de la Universidad. Los 900 kilómetros de fibra óptica que conectan los 49 centros universitarios y que sostienen los 12.000 equipos informáticos existentes han sido cortados en varias ocasiones –de forma involuntaria– por las máquinas que llevan a cabo las obras. Puntos de fibra óptica situados en el subsuelo de Fuentenueva, la avenida de Madrid, la carretera de Málaga, Severo Ochoa o la carretera de Alfacar han sufrido cortes a causa de las obras realizadas en la ciudad.
Para evitar que se produzcan cortes en la red, la Universidad ha cableado por aire la fibra óptica que transmite los datos y que conecta unos centros con otros. Lo han hecho en coordinación con el área de Urbanismo y Mantenimiento del Ayuntamiento. Cuando las obras que se realizan en la ciudad son previstas intentamos que el Ayuntamiento y la empresa, que conocen la existencia de nuestra red soterrada, tengan cuidado en los trabajos, argumenta Antonio Ruiz, director del Servicio de Informática de la Universidad.

Los incidentes y perjuicios derivados de la actuación de la empresa que ejecuta los trabajos en la ciudad corren a su cargo, pues cuando comienzan los trabajos se compromete a dejar la red tal y como la encontró.

Actualmente la red de la Universidad está sufriendo las obras de la avenida de Madrid, avenida de la Constitución, carretera de Jaén y Cartuja. Pese a la fragilidad que presenta el cableado ante una obra de esta envergadura, la institución académica no ha tenido nunca que suspender el servicio. Para ello llevan trabajando varios años en la creación de un itinerario alternativo por el que puedan navegar los datos.

Los campus están conectados por una maraña de cables, de forma que, si se produce un incidente en algún punto, se desvían por otro camino. En los próximos años la institución prevé seguir ampliando esta red para multiplicar los caminos alternativos y que se reduzcan al mínimo las posibilidades de que la institución se quede sin suministro informático.

Los sistemas que monitorizan la red avisan de inmediato a los técnicos cuando se produce un corte. A partir de ahí se inicia un procedimiento de emergencia para resolver el problema.

El hecho de que la Universidad de Granada gestione su propio servicio informático ayuda a que se puedan seguir realizando avances en la red informática. Además de suponer un ahorro millonario para la institución, tener un centro de servicios informáticos propio le permite a la Universidad disponer de la última tecnología, argumenta el director del centro. Sólo hay que decidir qué proyectos emprender y que la institución adjudique la financiación, añade.

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