Para Santiago Carbó existe una clara línea que debe separar la forma de operar de un banco de la de una caja recapitalizada. «Una cosa es la propiedad del capital y otra la filosofía de la entidad», indicó. Y es que, a su juicio, la actividad de las cajas que hayan dado el paso de convertirse en bancos «debe ser parecida a la que ejercían antes de la recapitalización» porque «su éxito» radica ahí. La cercanía al cliente y la actividad básica de captar ahorros y prestar dinero «es la esencia de su rentabilidad», advirtió, por lo que «si se hacen demasiado bancos perderán su fortaleza original».
En cuanto al proyecto frustrado de una caja única andaluza, el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y asesor de la Reserva Federal de Chicago indicó que «lo importante es que haya entidades muy resistentes, sean de donde sean». En cualquier caso, insistió en que el factor procedencia ya no tendrá tanta importancia en el nuevo mapa financiero español. «En las cajas ya no pesarán tanto las comunidades puesto que las fusiones interregionales han hecho que se diluya mucho el asunto», apuntó.
En cuanto al futuro, Carbó no se atrevió a afirmar que no vaya a haber otra reestructuración del sector en España. «Si la crisis dura y se recrudece, a lo mejor será necesario sanear otra vez el sistema y asistir a nuevas fusiones», dijo. Pero aclaró que no sólo hay que poner la vista en la crisis, sino en la nueva realidad económica que quedará tras ésta. «Quién sabe cuántos actores serán viables en el nuevo escenario, quizá no haya negocio para todos los que queden tras esta quema en el medio y largo plazo», aseguró antes de iniciar la conferencia organizada por el Observatorio Económico de Andalucía (OEA).