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Las bibliotecas calientan motores

Las bibliotecas calientan motores

Exámenes. Las salas de estudio y bibliotecas de la Universidad de Granada comienzan a ser ocupadas estos días por estudiantes que preparan durante el verano las asignaturas de las que se examinarán en septiembre

apuntes. Estudiantes en las salas de la biblioteca de Biosanitarias.

ALBERTO MARTÍN
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El Reportaje
Granada. Las bibliotecas y salas de lectura de la Universidad comienzan a llenarse nuevamente del espíritu estudiantil tan característico en Granada. Los exámenes de septiembre están ya a la vuelta de la esquina y son muchos los jóvenes que durante el verano no han podido abandonar los libros o apuntes debido a que tienen que examinarse en septiembre.

Todas las bibliotecas y salas de lectura utilizan el horario común que establece la Universidad, de 9.00 a 14.00 horas, aunque hay algunas, como las salas de lectura de Farmacia y Ciencias, que permanecen abiertas en el mismo horario en que lo hace la facultad, desde las 9.00 a las 20.00 horas.

La Universidad de Granada ofrece, repartidos por las bibliotecas de los diferentes centros, un total de 4.250 puestos de lectura que son utilizados por los usuarios de la misma durante muchas horas al día para estudiar.

Sin embargo, en este tiempo todavía los universitarios son los que menos hacen uso de estas salas, ya que hasta que estén más cerca los exámenes, las mesas de las salas de lectura de las distintas facultades están ocupadas, en la mayoría de los casos, por personas que se están preparando para unas oposiciones. Éste es el caso de Alberto Herrera, un joven de 26 años licenciado en Derecho y que está preparándose unas oposiciones para ser funcionario público. Acude a la biblioteca todos los días para preparar los distintos casos prácticos que le encargan desde la academia en la que prepara sus exámenes. Para Alberto, hace falta que las salas de lectura estén más tiempo abiertas. En su opinión, no es completa la información de horarios de algunas bibliotecas que anuncian que no están abiertas por las tardes, y después sí lo están.

La opinión de Alberto es similar a la de muchos otros jóvenes que estudian en la biblioteca de Biosanitarias. Iban Muñoz, estudiante de Relaciones Laborales, acude desde el pasado 1 de agosto porque, aunque no abra por las tardes, prefiere esa instalación a subir hasta la facultad de Farmacia.

Los universitarios se quejan de la falta de espacios durante el verano destinados al estudio. Según algunos de los usuarios de estas salas, faltan centros en los que se pueda estudiar por la tarde, ya que la Facultad de Farmacia está en el campus más alejado, mientras que en la de Ciencias la única sala destinada al estudio es muy pequeña, se llena muy rápido y no se consigue un ambiente de estudio apropiado.

Para otros estudiantes el problema es tener que dejar atrás unas breves vacaciones para volver al estudio. A Alejandra Asensio, estudiante de Turismo, cada vez le cuesta más tener que despedirse de sus vacaciones y volver a empezar con los apuntes, ya que no es de la convocatoria más dura, si durante el resto del año has trabajado, pero si la que resulta más fastidiosa.

Conforme vaya acercándose septiembre empezarán los agobios y las aglomeraciones de personas, aunque desde la Universidad se recuerda que las plazas en las salas de estudio sólo pueden guardarse durante 20 minutos.

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