La UGR reclama a los universitarios un mayor compromiso con el continente más necesitado del mundo y alerta que las dictaduras y los conflictos bélicos no deben frenar el desarrollo de proyectos solidarios
«África, un continente que está tan cerca de España es a la vez uno de los grandes olvidados y necesita más que nunca de la solidaridad de los jóvenes universitarios», con estas palabras el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, inauguraba ayer el I Congreso Nacional de Cooperación con África, que se celebrará hasta mañana en la Facultad de Educación.
La cooperación con los países africanos es todavía una asignatura pendiente para las fundaciones y organismos como el Cicode (Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo) que trabajan desde el ámbito universitario con los sectores más necesitados de apoyo, pero que focalizan sus actividades en los lugares donde no hay conflictos. «La UGR siempre ha tenido una vocación de mirar a África, aunque no hemos hecho todo lo que debiéramos», reconoció el rector. Con el objetivo de estimular la solidaridad responsable de los universitarios con los pueblos de África, se ha planificado este encuentro que contará con investigadores y responsables de proyectos y organismos que están en primera línea de la cooperación internacional.
«Los universitarios somos los que más hemos recibido, por eso nuestro compromiso debe ser mayor», instó el secretario del comité organizador del congreso, Víctor López a los estudiantes.
La UGR sólo tiene en marcha media docena de proyectos con África, a través de la Fundación Baobab, aunque coopera también con la Fundación Euroárabe y la Fundación Tres Culturas, para múltiples actividades vinculadas al continente.
González Lodeiro asegura que África «es el continente más complicado de cooperar, no sólo por los conflictos bélicos (Libia es el último ejemplo de ello), sino por lo que ocultan también». Sin embargo, el rector cree que «hay que pasar por encima de las dictaduras para ayudar al desarrollo de estos países».
Este congreso nace con vocación de continuidad y de contar con la colaboración futura de otras universidades: «Europa no está dando respuestas a su vecino más próximo», dijo Lodeiro, quien recordó que la universidad tiene, al menos, tres responsabilidades sociales que cumplir: la lucha contra la pobreza, la lucha contra la exclusión social y la protección del medio ambiente».
Pilar Aranda, la directora de la Fundación Euroárabe, una de las ponentes que abrieron ayer el congreso, advirtió a los estudiantes que «la cooperación no es caridad, por eso es tan importante evaluar y ver la eficiencia de los programas al desarrollo».
Tras hacer un repaso de todos los proyectos de investigación y actividades en las que está inmersa la Fundación que ella representa, Aranda explicó a los universitarios que la clave de la cooperación está en «dejar que los pueblos puedan elegir libremente, que no se les imponga nada desde fuera, porque nuestro modelo de sociedad no es el mejor».