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La Universidad cierra Fuentenueva para evitar botellones y robos

La Universidad cierra Fuentenueva para evitar botellones y robos

El vallado definitivo de las facultades da al traste con la eterna pretensión municipal de trasladar allí la movida nocturna de los jóvenes

Cerrado por la fiesta de la primavera

ANA GONZÁLEZ
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granada. Las entradas principales al Campus de Fuentenueva estarán controladas a partir de este año con unas vallas que impiden el acceso a los paseíllos universitarios y a las facultades de Ciencias, Aparejadores y Caminos a determinadas horas no lectivas. La medida, que se adoptó de forma experimental a principios del curso pasado con la colocación de unas vallas provisionales, adquiere este año carácter definitivo. De esta forma la Universidad de Granada intenta mejorar la seguridad en el céntrico campus ya que se han producido numerosos robos de ordenadores, proyectores y material educativo en las facultades de Fuentenueva.
El cierre tiene otra intención: evitar las concentraciones masivas de jóvenes cada vez que se organizan botellones en la ciudad. De esta forma la Universidad zanja definitivamente la pretensión de numerosos equipos de gobierno que han pasado por el Ayuntamiento de la ciudad que desde hace años han querido solucionar el problema del botellón trasladándolo hasta los paseíllos universitarios.

Los espacios universitarios son para la enseñanza, no queremos grandes concentraciones humanas porque no tenemos los medios para atender cualquier urgencia que pudiera producirse en una aglomeración de este tipo, declaró la vicerrectora de Patrimonio e Infraestructuras de la Universidad de Granada, Elena Díez.

En este mismo sentido se manifestó el rector el pasado año cuando se colocaron las primeras vallas provisionales. El máximo responsable de la institución declaró entonces que este espacio no está preparado con servicios ni infraestructuras para que se concentren miles de jóvenes a beber alcohol. Hay más inconvenientes, y es que los destrozos que se han producido en los paseíllos universitarios cada vez que se ha generado un botellón le han supuesto a la Universidad un desembolso cercano a los 36.000 euros para arreglar los destrozos que se han producido en los jardines de Fuentenueva y en el recinto universitario.

Las obras para colocar las vallas definitivas comenzaron en el mes de agosto y estarán terminadas con el inicio del curso académico. Han tenido un coste de unos 30.000 euros y afectarán a las dos entradas principales del Campus de Fuentenueva. Las otras dos entradas al campus, la que hay al lado de los comedores universitarios y la de Gonzalo Gallas, también permanecerán cerradas aunque con verjas provisionales.

Las vallas estarán cerradas desde la una hasta las cinco o seis de la madrugada pero los responsables de la institución insisten en que el campus seguirá siendo un lugar abierto al uso y disfrute de los granadinos. El campus permanecerá abierto para todas aquellas personas que quieran ir a hacer deporte, a pasear o entrar a las facultades pero de madrugada y al amanecer estará cerrado, declaró la vicerrectora de Patrimonio e Infraestructuras quien asegura que el propio personal de seguridad ha aplaudido la medida ya que de esta forma el campus gozará de mayor seguridad.

Pese a que en los últimos meses la Universidad ya había reforzado la vigilancia en el campus con la colocación de cámaras de seguridad, la vicerrectora de Patrimonio e Infraestructuras asegura que la extensión del campus es tan grande que se hace casi imposible controlar las entradas y salidas de personas ajenas al entorno docente con cualquier otro método que no sea el cierre del campus durante la noche.

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