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La Universidad cambia el mapa

El próximo 23 de septiembre la Universidad de Granada iniciará el curso académico y una carrera de cambios que culminarán con el estreno de las facultades de Ciencias de la Salud, Medicina y la Escuela de Arquitectura, aperturas que, de rebote, supondrán una reestructuración del mapa de sedes de la UGR.

La inauguración de la Facultad de Medicina -que se traslada desde su actual ubicación en la Avenida de Madrid al campus del Parque Tecnológico de la Salud- se producirá en el segundo semestre, ya que no se espera que las obras concluyan hasta enero. Será entonces cuando se ponga en marcha la mudanza que permitirá estrenar el segundo semestre en el PTS. Más adelantados van los trabajos en Ciencias de la Salud, que dejará vacía su sede junto al Hospital Clínico San Cecilio para trasladarse también al PTS. Este traslado está inicialmente previsto para el mes de agosto. Ambas facultades -junto con el Edificio de Servicios Centrales- podrán concluirse gracias al préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), 43,2 millones de euros que han desatascado definitivamente los proyectos.

En el PTS también se ultima la construcción del Edificio de Servicios y la urbanización del área, obras que suman casi 40 millones de euros.

La ETS de Arquitectura, por su parte, también tendrá que afrontar el reto de comenzar las clases en su actual ubicación, en la Avenida de Andalucía, para, una vez finalizados los trabajos en su nueva Escuela -algo que se prevé para el mes de octubre, por lo que no da tiempo a empezar el curso allí-, trasladarse al Campo del Príncipe, al antiguo edificio del Hospital Militar, una mudanza que los arquitectos esperan desde hace una década.

Estos tres cambios dejarán a su vez tres centros de la Universidad vacíos. Y ya hay planes para el espacio que quedará libre. En un principio, según señala la vicerrectora de Infraestructuras, Begoña Moreno, el edificio que dejan vacante los arquitectos se destinará probablemente a Telecomunicaciones e Informática, cuya facultad está en el Parque Almunia, muy próxima a la Avenida de Andalucía, lo que facilitaría el trabajo en las dos sedes.

En cuanto a Ciencias de la Salud, posiblemente el edificio junto al Clínico se destine a solventar los problemas de espacio de la Facultad de Ciencias del Trabajo con el traslado de los estudiantes que cursan el grado en Trabajo Social. El de Relaciones Laborales y Recursos Humanos sí se queda en el actual edificio de la calle López Argüeta.

Menos claro está el futuro de Medicina, una facultad que, por su ubicación y características, podría ser una buena solución para la dispersión de sedes que sufre en la actualidad el Vicerrectorado de Estudiantes -que tiene oficinas en el Complejo Administrativo Triunfo, el Centro Cultural Casa de Porras, la Acera de San Ildefonso, los Comedores, el Hospital Real y en Hornillo de Cartuja-, o bien para paliar los problemas de espacio de los estudios de posgrado de la UGR, otra de las peticiones que han llegado al Vicerrectorado de Infraestructuras.

En cualquier caso, la decisión sobre a qué se destinará el centro la tomará el próximo rector y su equipo, ya que el actual, Francisco González Lodeiro, finalizará su mandato en 2015.

Sí está sobre la mesa la apertura de otras sedes de la UGR. Así, se prevé que el próximo mes de junio abra sus puertas el Centro de Transferencia Tecnológica que se ubica en Gran Vía. En estos días se ultiman los trabajos en el nuevo edificio, donde también se ubicará el Vicerrectorado de Política Científica e Investigación, que actualmente tiene su sede en el Hospital Real.

Otra de las facultades que estrenará próximamente aulario es Económicas y Empresariales, la más grande de la UGR por número de alumnos, unos 6.000. El próximo curso inaugurará un nuevo módulo, que contará con una nueva cafetería, con lo que se solucionará uno de los problemas del centro, que a mitad de este curso se quedó sin este servicio. La construcción del aulario ha tenido un coste de 8,6 millones de euros y da solución otro de los problemas históricos de espacio que sufre la UGR.

Derecho -otro de los centros que más dificultades sufre para adecuar las características de su Facultad a la demanda de los alumnos, casi 5.000- también está de obras. Por un lado se acomete durante estos meses la reforma de las cubiertas, una intervención de emergencia que costará 1,2 millones de euros y que servirá para eliminar los problemas estructurales detectados en el edificio del Colegio San Pablo. Esta intervención fue decidida tras constatar el deterioro del edificio en unas catas previas a las obras de remodelación de la sede, que han sido aplazadas ante la necesidad de acometer cuanto antes los trabajos en las cubiertas.

Al mismo tiempo que se sanea la infraestructura de la Facultad se trabaja en la rehabilitación del edificio que fuera sede de la Delegación de Educación, en calle Duquesa. El inmueble, en cuya reforma se invierten 3,9 millones de euros, será la sede de la biblioteca de Derecho. Está previsto que los trabajos concluyan a finales de septiembre. Después se organizará la mudanza del material bibliográfico y la reestructuración del espacio que quede libre en San Pablo. Uno de los problemas de la Facultad era, precisamente, la dispersión de sus fondos entre los departamentos y la actual biblioteca.

En el aire se queda la intervención en la que fuera comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, cuya rehabilitación queda pospuesta hasta que haya fondos.

También luce andamios es su fachada la Facultad de Bellas Artes. En este caso la intervención se centra en la restauración de la fachada, trabajos que, además, forman parte de las prácticas de los alumnos y que han sido proyectados por el profesorado de Bellas Artes. Queda pendiente la construcción de un nuevo módulo para Escultura, un proyecto que se acometerá cuando se encuentre financiación.

No sólo de aulas viven los proyectos de la UGR. La última actuación es la que se lleva a cabo en el campus de Cartuja, una remodelación del entorno que prevé mejorar la accesibilidad de peatones, bicis y transporte urbano en detrimento del vehículo privado. También se mejorarán luminarias, acometerán reformas en el suministro de servicios y se dotará a todo el campus de wi-fi.

En el terreno deportivo también hay novedades. Antes de febrero de 2015 tiene que estar finalizado el nuevo pabellón de Fuentenueva, una estructura que acogerá la competición de curling durante la Universiada y que después se destinará a usos múltiples. Su coste se estima 4,5 millones de euros

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