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La Universidad autosolidaria

El mayor gesto de solidaridad de la Universidad de Granada está entre sus propios asalariados. Las 6.000 personas -entre docentes e investigadores y personal de administración y servicios- que trabajan en la institución destinan un 1,38% de su masa salarial a políticas sociales activas cuya finalidad es «mejorar las condiciones educativas, culturales y sociales» de los empleados y también de sus familiares.

Aunque estas medidas están reguladas por ley desde hace más de una década según un acuerdo suscrito por las universidades andaluzas y las organizaciones sindicales, los fondos de acción social son gestionados de forma independiente por cada institución. Y sólo en 2010, el Gabinete de Acción Social de la UGR manejó unos fondos que ascendieron a más de 6,5 millones de euros.

«Es la mejor fórmula para que los empleados puedan mejorar su calidad de vida y conciliar las obligaciones familiares y laborales», explica el director del Gabinete de Acción Social (GAS) de la Universidad de Granada, Manuel Roca.

Los programas que oferta el GAB (cuya relación está detallada en el enlace www.ugr.es/gas) están destinados a todos los trabajadores de la Universidad, aunque la mayoría de las ayudas se conceden en función de su renta per cápita. «Los empleados que menos ganan son los que reciben más ayudas -explica Roca-, de ahí que el principal beneficiario sea el personal de servicios».

La selección de los programas se realiza considerando «las sugerencias, opiniones y aportaciones de los trabajadores», según afirma el director del Gabinete, basándose en «un continuo estudio de las necesidades sociales». Aunque muchas de ellas hoy son consideradas un lujo ante la escalada de recortes sociales que se ha emprendido en las administraciones públicas para afrontar la crisis.

Y es que las cuantías por incapacidad temporal, indemnización por fallecimiento, premios de jubilación y el pago de la matrícula universitaria al personal y miembros de su unidad familiar no son las únicas prestaciones que ofrece la Universidad de Granada. El Gabinete de Acción Social de la Universidad gestiona también programas de ayuda no automática en el área educativa y bienestar social que, sólo en 2010, contó con 869.330 euros.

También dispone de un área de anticipos reintegrables y préstamos que precisó el año pasado de 650.000 euros. Aunque el área que más presupuesto se lleva es el de acción social automática: 840.000 euros para la compensación de matrículas por estudios universitarios; 225.000 euros como prima del seguro de vida de los 6.000 trabajadores; 910.000 como complemento de incapacidad temporal; y, la que más, 3,1 millones de euros de indemnización por jubilación.

Hace años que los privilegios en el pago de las matrículas o en la adquisición de libros, entre otros, acabaron para los familiares de los docentes de la enseñanza reglada que, en ningún caso, llegaron a disfrutar de todas las ayudas que se ofertan en las instituciones superiores. Sin embargo, el personal que trabaja en la universidad disfruta de unas facilidades que, hoy en día, son envidiables.

Ayudas de hasta 165 euros en cursos de esquí para los hijos, de 368 euros para óptica, de hasta 100 euros para tratamientos de deshabituación del tabaco, de 200 euros para tratamientos odontológicos, de 190 euros para nuevas tecnologías o de 60 euros para ludotecas, son algunos ejemplos de la solidaridad universitaria.
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