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La Universidad abre el curso tapando ‘goteras’

La institución arregla los desperfectos de muchas facultades con una inversión de 2,4 millones pero no logra aportar soluciones definitivas a los problemas de espacio.

A falta de una semana para que los miembros de la comunidad universitaria desfilen en su tradicional procesión por la calle San Jerónimo -acto que simboliza el arranque oficial del curso- las aulas granadinas se llenaron ayer de estudiantes un año más. Aunque la Universidad de Granada (UGR) ha invertido 2,4 millones de euros para mejorar sus centros este verano, muchos estudiantes ni siquiera notaron las mejoras en su primer día de clase.

Se han tapado las \’goteras\’ de muchas facultades, pero no se ha logrado aportar grandes soluciones a los problemas de espacio que acucian a la institución académica granadina.

Según el balance que se transmitió desde la dirección de algunos centros de la UGR, la jornada transcurrió con normalidad. Los problemas de falta de espacio que sacudieron los primeros días del año anterior no han desaparecido, pero la Universidad ha dado solución, aunque sea de forma temporal, a la ubicación de sus más de 55.000 alumnos matriculados para el curso 2008-2009.

«Todas las clases se han desarrollado con normalidad», era la conclusión más oída ayer. Todas excepto las previstas en los prefabricados de la ETS de Ingenierías Informática y de Telecomunicación, que tendrán que esperar una semana más para disponer de espacio.

Algunos de los centros que más problemas tuvieron el pasado curso, Empresariales e Informática, han contado con una serie de soluciones provisionales que mitigarán la falta de espacio hasta el segundo cuatrimestre.

«El problema volveremos a tenerlo a mediados de noviembre, cuando comiencen los cursos de doctorados y los másteres», apunta el director de Informática y de Telecomunicación, Buenaventura Clares Rodríguez.

Para hacer frente al incremento del número de alumnos en esta facultad, que se desbordó con la llegada de Telecomunicaciones, la UGR ha levantado dos módulos de prefabricados que darán cabida a ocho cursos (cuatro por la mañana y cuatro por la tarde) pero que, a día de ayer, todavía no estaban funcionando. «Están terminando de adecuar las aceras, pero para finales de la semana que viene o principios de la próxima estarán listos -comenta el director- aunque, de momento, sólo se utilizará el primer módulo».

En la construcción de estas aulas prefabricadas, con capacidad para 400 alumnos, la UGR ha destinado 600.000 euros. Informática también ha alquilado los bajos de un antiguo supermercado situado enfrente de la facultad, en la misma calle que, ayer, todavía se estaban arreglando. Ese espacio se destinará a acoger despachos de profesores y tiene capacidad para 62 trabajadores. Para su adaptación se han destinado 150.000 euros, según explica la Vicerrectora de Infraestructuras y Campus, Begoña Moreno.

«La falta de financiación para proceder a la ampliación que demanda el centro nos ha obligado a optar por esta solución, que si bien es temporal, resulta bastante digna y rápida», explica la vicerrectora, quien precisa que tanto las aulas como los despachos tendrán todos los acondicionamientos de instalaciones necesarios y que unas obras de ampliación tardarían bastante tiempo.

La responsable de Infraestructuras ha destacado la inversión que la UGR ha dedicado este verano a realizar mejoras en el Campus de Aynadamar. Además de Informática, también se han reparado las cubiertas de la Escuela de Arquitectura, que mientras se desarrollan las obras de rehabilitación del Hospital Militar se encuentra ubicada en la Avenida de Andalucía.

En otro de los centros de este campus, Bellas Artes, las obras de transformación de la antigua biblioteca en espacio expositivo están empezando ahora.

En el Campus de Cartuja, el decano de Empresariales, Santiago Cabo, se mostró muy optimista con la conexión de los dos espacios del edificio que tiene la responsabilidad de albergar al mayor número de alumnos de la UGR (unos 8.000). «La pasarela está casi lista y no afecta al desarrollo de las clases», explicó Cabo, aunque la realidad es que esta facultad necesita ganar en número de aulas. Empresariales abordará próximamente unas obras de remodelación de su biblioteca mucho más complejas, porque el objetivo es que se adapte al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). «Lo más urgente es crear espacios para que los alumnos puedan reunirse en la biblioteca sin molestar a los que acuden a estudiar», apunta el decano.

Sin embargo, los problemas estructurales de Empresariales siguen sin tener respuesta. «Necesitamos unas ocho aulas, entre 30 y 40 despachos para profesores y varios seminarios», resume Santiago Cabo, esperanzado en la próxima reunión con el equipo de gobierno de la UGR.

En Ciencias de la Educación se ha hecho una nueva biblioteca, y ahora se trabaja en su dotación de fondos y material. También se ha renovado el asfaltado de Farmacia y se han hecho mejoras en algunos departamentos de Filosofía y Letras.

Pero la vicerrectora de Infraestructuras asegura que se han hecho obras menores en casi todas las facultades, por ejemplo en la Facultad de Traducción, Derecho, Sociología, Medicina, la Escuela de Arquitectura Técnica… y los centros de los Campus de Ceuta y Melilla.

En total, la Universidad de Granada ha invertido un millón de euros en los centros universitarios del Campus de Aynadamar, unos 800.000 euros en el Campus de Cartuja, 400.000 en los edificios del Campus del Centro y hasta 200.000 euros en el Campus de Fuentenueva.
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