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La UGR se abrirá en una semana a las donaciones de mecenas

En menos de una semana se pondrá en marcha el plan de mecenazgo de la Universidad de Granada (UGR), que prevé articular un mecanismo de financiación que palíe las estrecheces económicas de la institución granadina. El próximo martes se prevé que esté operativa tanto la página web que ofrece información sobre el programa como las cuentas en las que se podrán realizar los ingresos, tanto en efectivo como en tarjeta. Este sistema de búsqueda de fondos será pionero a nivel nacional y tiene la particularidad de que el donante podrá elegir los proyectos que desea financiar, qué porcentaje de dinero destina a cada uno de esos proyectos y, además, hacer un seguimiento. La recompensa para los mecenas serán exenciones fiscales y el «reconocimiento público», según explicó ayer el gerente de la UGR, Andrés Navarro.

«Hemos de preocuparnos de buscar nuevos mecanismos de financiación», expuso ayer en la presentación del programa de donaciones, que abre un nuevo canal para hallar recursos propios y que nace con vocación de ser una «actividad institucional, permanente», por lo que no se ciñe a la actual situación de crisis.

La iniciativa se sostiene sobre un estudio del Departamento de Derecho Financiero y Tributario encargado por el Consejo Social y se inspira, según explicó Navarro, en la experiencia de otras universidades, sobre todo anglosajonas. «Hemos analizado las webs más punteras en el tema del mecenazgo». Tras este trabajo, se ofrece a los patrocinadores optar por invertir en investigación, formación y en otras actividades, como proyectos deportivos (Universiada 2015), culturales o de protección del patrimonio.

Sobre la estimación de recaudación de fondos mediante esta vía, Navarro no quiso adelantar objetivos, aunque el rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, estimó que los proyectos que ya funcionan en el seno de la Universidad -con la colaboración financiera de entidades bancarias, entre otras empresas- supera el millón de euros.

La cantidad con la que instituciones y particulares pueden participar es, en todo caso, «ilimitada», puede mantenerse en privado -únicamente es obligatoria la declaración de datos fiscales para que la Gerencia de la UGR comunique a Hacienda la operación y se garantice así que el mecenas se beneficie de las exenciones fiscales- y nace con la idea de que «estamos convencidos de que podemos mejorar».

El presidente del Consejo Social, Gregorio Jiménez, instó a «seguir estimulando a las empresas a que se acerquen a la Universidad» con fondos que ayuden a superar la situación de crisis. En este sentido, Jiménez comparó el 0,9% que de media destinan las empresas españolas a I+D+i y el 1,6% de la media europea. El presidente del Consejo Social -que avaló el plan en sesión plenaria del 27 de junio- reconoció que la crisis es una «continua amenaza a las políticas de gobierno que se desarrollan en la Universidad».

La situación, sin embargo, no supone un riesgo para los proyectos que ya están en marcha, incidió Navarro, que indicó que «todos los proyectos presupuestados son viables y sostenibles».

Sobre el futuro de la iniciativa que está a punto de ver la luz, el rector valoró que «esperamos tener el éxito adecuado». El gerente de la UGR también mostró su optimismo al remarcar que «el número de potenciales mecenas es muy amplio». A nivel nacional, la experiencia similar más cercana es la que puso en marcha en marzo de 2012 la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, sin que se haya hecho hasta la fecha ninguna valoración sobre qué cuantía se ha podido obtener gracias al mecenazgo.

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