«La tasa de reposición puede suponer el final del modelo de universidad que conocemos». El director general de Universidades de la Junta, Manuel Torralbo, lo pudo decir más alto, pero no más claro, en el acto de apertura del curso académico en la Universidad de Granada el pasado mes de septiembre. Su crítica a los límites de contratación del profesorado -que ha secundado en varias ocasiones el rector, Francisco González Lodeiro- adquieren de nuevo valor cuando se comparan los números de bajas de profesorado y de altas. Un abismo.
Según los datos que maneja el sindicato FETE-UGT, el pasado curso pudieron jubilarse en la UGR unos 70 docentes. Con la tasa de reposición en la mano, únicamente podrán entrar con plaza en la Universidad siete profesores. El déficit es, en sólo un año, de más de 60 titulares. En este curso está previsto que accedan con plaza ocho profesores, lo que supone que, al menos, deben de jubilarse o causar baja 80. Sin necesidad de calculadora es fácil dilucidar que para 15 profesores que entran en dos años se perderán más de 130 plazas consolidadas, un agujero en el personal de departamentos de facultades y centros de la UGR que, según alertó en su momento Torralbo, conducirá a la «descapitalización» de la institución académica. Según los datos de la última memoria académica (referida al curso 2012-2013), en la Universidad trabajan 3.701 profesores e investigadores (PDI), el mismo número que aparece en la memoria del curso anterior (2011-2012), y 125 menos que en el 2010-2011, lo que supone un descenso en el PDI del 3,3%.
Desde que el Gobierno de Mariano Rajoy impusiera el 10% de las bajas como tope en la contratación de funcionarios, la Universidad de Granada ha buscado la manera de sortear este rígido corsé. Una de las medidas que se ha barajado ha sido la de convocar, según explican fuentes de FETE-UGT, las plazas de catedrático como promoción interna y, una vez cubiertas, convocar de nuevo plazas para cubrir puestos de profesor titular. Esta propuesta, denominada tasa de reposición dinámica, ya ha visto la luz en las universidades de Cádiz, Málaga y Jaén, sin éxito debido a los requerimientos del Ministerio de Hacienda, alegan desde el sindicato.
Ante la experiencia fallida de otras universidades, el consejo de gobierno de la UGR acordó no convocar las cuatro plazas de titular de Universidad correspondientes a la tasa de reposición de 2012, explican desde FETE-UGT, que ven positiva la decisión de la UGR por cuanto que evita judicializar el proceso, aunque critican la gestión que desde el Rectorado se hace del proceso de incorporación de nuevos docentes. «Es evidente que el equipo de gobierno tiene mucho interés en convocar plazas de catedrático aun a costa de sacrificar titulares», explican desde el sindicato. Otra cuestión será ver en qué centros y facultades se convocan finalmente las plazas y en cuáles no, lo que podría suponer un agravio comparativo difícil de evitar dado lo exiguo de la convocatoria.
La dificultad de sacar adelante el concurso obligó a retrasar al próximo consejo de gobierno el acuerdo sobre la oferta de empleo público para 2014. Así se acordó en la última reunión, en la que el vicerrector de Ordenación Académica, Luis Jiménez del Barco, informó de la anulación de las convocatorias planteadas según la denominada tasa de reposición dinámica.
Otra cuestión que también deberá de afrontar el equipo de gobierno de la UGR y que apuntan desde FETE-UGT es la del fin de los contratos de los investigadores. Actualmente, desde el Vicerrectorado de Política Científica e Investigación se trabaja para prorrogar un año más los proyectos en marcha y ‘aguantar’ los contratos, una situación que obliga a la UGR a asumir con sus propios fondos estos proyectos.