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La Policía Autonómica recibe dos quejas contra fumadores

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La Policía Autonómica recibe dos quejas contra fumadores

Los perjudicados no quisieron interponer denuncia pese a que se sintieron molestos al fumar varias personas en un centro comercial y en un bar

maría de la cruz
sin humo. La cafetería de la Facultad de Medicina alertaba ayer de que en el centro no se puede fumar.

ANA GONZÁLEZ
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granada. Los agentes de la Policía Autonómica ya han recibido las dos primeras quejas de granadinos que se han sentido molestos con la actitud de varios fumadores en locales de la capital donde está prohibido fumar. Estos ciudadanos sólo expresaron su queja pero en ningún caso quisieron interponer denuncias pese a que pueden hacerlo, por ley, desde el pasado 1 de enero.
Los acontecimientos sucedieron en un centro comercial de la capital donde al parecer una persona fumaba –pese a estar prohibido– y en un bar, donde un trabajador reprendió a otro compañero por encender un cigarrillo en un centro de trabajo, según explicaron desde la Junta de Andalucía.

Además de la Policía Autonómica, los ciudadanos pueden dirigirse a cualquier otro cuerpo de seguridad para formular sus denuncias, aunque en Granada nadie ha hecho uso de ellos, al menos hasta el momento. El desconocimiento sigue siendo la tónica dominante entre las administraciones a la hora de aclarar ante quién hay que denunciar y qué sanciones se imponen al denunciado. Los trabajadores de la propia Junta de Andalucía recibían ayer una circular interna en la que se detallaba que fumar una vez en los espacios prohibidos será considerado una falta leve y tres reincidentes serán una falta grave sancionada con 10.000 euros.

De momento la tolerancia está marcando los primeros días de la ley, y las dos quejas que se han interpuesto han quedado ahí sin que se formulen denuncias, explicaron fuentes de la Policía Autonómica.

Quienes también se tuvieron que enfrentar ayer por primera vez a la nueva ley fueron los estudiantes universitarios de Granada. En los centros ha desaparecido todo recuerdo del tabaco pero ha aparecido una extensa señalización en la que todos los decanos alertan a los estudiantes de la taxativa prohibición de fumar en pasillos, aulas y en los espacios no abiertos de la facultad, así como la prohibición de venta, consumo, suministro y publicidad del tabaco en el centro.

De ahí que se retiraran ayer de la cafetería y de los pasillos todos los ceniceros existentes. Los han sacado a la calle para que los jóvenes no llenen de colillas los patios y zonas abiertas. La ley no es tan dramática ni tan extrema. En una facultad donde hay miles de jóvenes sólo hemos visto a un chico fumando donde no debía porque no se ha dado cuenta, explica el administrador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, José Reverto. De hecho ayer no se veía ninguna colilla en las entradas y zonas comunes de los centros académicos.

La ley deja sólo a los estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad la posibilidad de fumar en las zonas abiertas, esto es, en los patios de las facultades y en la calle. Hace años José Reverto recuerda que incluso había profesores que fumaban en las aulas, algo que hacía irrespirable el ambiente en las clases. Si con el volumen de alumnos que tenemos en esta facultad y con la extensión del centro se ha podido llevar a cabo sin problemas el cumplimiento de la ley, seguro que el resto de centros también lo ha conseguido, argumentó el administrador de la Facultad de Ciencias.

Hasta ahora las facultades eran también lugares libres de humo, una recomendación que no se cumplía. Ahora, muchos de los alumnos y de los profesores han decidido dejar el hábito.

La norma se cumple pero hay un gran desconocimiento sobre ante quién hay que denunciar, éste es un derecho individual que cada uno puede ejercer, pero tendrá que saber cómo, argumentó el administrador de la Facultad de Ciencias.

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