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La plataforma contra el plagio pide al Rectorado un comité sancionador

Quieren castigos como la suspensión de promociones o fondos públicos al considerar la práctica un «desprestigio».

Aunque con mucha menos asistencia de la esperada, ayer se celebró la tercera reunión de la Plataforma contra el Plagio. Un encuentro al que estaban citados cerca de 50 profesores de la Universidad de Granada pertenecientes a áreas como Medicina, Derecho, Biología, Matemáticas, Económicas o Humanidades, para atajar el problema que supone el plagio entre alumnos e investigadores tanto en trabajos de clase como en artículos científicos.

En la tercera reunión, el orden del día pasó por conocer otras experiencias sancionadoras foráneas, en particular la plataforma contra el plagio de la Universidad de los Andes (Colombia); proponer al Rectorado medidas intraacadémicas que alivien el estado de indefensión en el que deja la institución a sus miembros utilizando el defensor universitario o el Vicerrectorado de Calidad; y proponer y pedir medidas intraacadémicas que sancionen el plagio.

Además, se estableció la agenda de trabajo que durante el curso 2008-2009 se llevará a cabo para combatir esta práctica.

Según la profesora del departamento de Anatomía Patológica e impulsora de la plataforma, Rosa María Medina, los profesores de la UGR propondrán al Rector «una serie de medidas intraacadémicas que alivien el estado de indefensión en el que deja la institución universitaria a sus miembros, utilizando dispositivos ya existentes o de nueva creación, como los comités de expertos que existen en las universidades alemanas con capacidad para dictaminar los plagios y sancionarlos».

La plataforma quiere instaurar en la Universidad de Granada medidas sancionadoras para los profesores o alumnos que copien en sus trabajos o artículos científicos, como la exclusión temporal de la obtención de tramos de investigación u otro tipo de promociones profesionales o la obtención de fondos públicos.

A juicio de Medina, las repercusiones de esta mala práctica universitaria «son enormes tanto en un plano individual como institucional y, en un sentido amplio, suponen un desprestigio para la tarea universitaria de producción de conocimiento».

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