La proliferación de los cursos de formación virtuales vive en estos años una floreciente primavera abonada por la facilidad para el acceso a internet, la amplia oferta y su precio competitivo. Sin embargo, este auge tiene un talón de Aquiles, el absentismo, que, además, normalmente conduce al abandono de este tipo de cursos.
Según los datos que maneja el Centro de Enseñanzas Virtuales de la Universidad de Granada (Cevug), la media de finalización de los cursos on line masivos gratuitos (los MOOC, por sus siglas en inglés) está entre un exiguo 8 y un no menos raquítico 9%, unos porcentajes que el propio Cevug ha mejorado hasta casi un 40% de éxito, indica el director del Centro, Miguel Gea. La clave de este aumento significativo de alumnos que consiguen llegar hasta el final del curso está, según explica Gea, en el interés y la motivación. «Hay más alumnos que terminan porque les interesa».
¿Qué ocurre con otro tipo de cursos a distancia? En los que no son gratuitos, el alumnado encuentra la motivación en el desembolso económico que tiene que realizar. «En otro tipo de cursos, que no son MOOC, la finalización es más alta». Los alumnos se mantienen fieles y el seguimiento es bueno «generalmente porque han pagado», explica Gea.
Otro buen argumento que encuentra el alumnado de los cursos a distancia es la obtención de créditos. La consecución del título -como ocurre con los que tienen que realizar los estudiantes de grado- suele ser suficiente aliciente para ponerse delante del ordenador y dedicar el suficiente tiempo para cumplir con el temario propuesto. Así, pago de matrícula y obtención de título son dos de las claves que explican el éxito de unos cursos on line frente a otros, que no ofrecen ni una cosa ni la otra.
Pese a la dificultad para concluir la formación que se oferta a través de internet, desde el Cevug se ha detectado un crecimiento en la demanda de los cursos virtuales. Y no sólo para universitarios. También hay un mayor interés entre el profesorado, apostilla Gea.
Una de las principales ventajas de los cursos no presenciales es, evidentemente, la posibilidad de acabar con el numerus clausus. Los límites del aula desaparecen, lo que permite abrir la matrícula de esa materia a todo aquel que esté interesado. Otro punto a favor que se anotan los cursos virtuales es la posibilidad de marcar el ritmo de trabajo. Dos factores que pueden explicar, por ejemplo, el éxito de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que el pasado año cumplió su cuadragésimo aniversario y que en Granada cuenta con dos centros, Motril y Baza.
Otra de las claves de su rápida expansión es la capacidad de adaptación de estos cursos a cualquier tipo de materia. Así, en la Universidad de Granada se ofertan asignaturas virtuales en 32 grados, doce titulaciones de plan antiguo, siete másteres oficiales, tanto semipresenciales como virtuales.
La UGR también ha puesto en marcha varios cursos MOOC, concretamente tres el pasado curso, que permitían, como ‘aliciente’ la obtención de un crédito. Los listados completos de cursos del Cevug pueden consultarse en la web del centro (cevug.ugr.es). Para localizar cursos gratuitos se puede consultar www.mooc.es.