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Ingenio ecológico

Ingenio ecológico

REBECA ROMERO
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Granada. Coja una botella de plástico, llénela de agua e introdúzcala en la cisterna de su inodoro. Cada vez que la accione, ahorrará varios litros de agua. Este simple gesto se traduce en una reducción considerable del consumo diario de agua en un hogar de la actualidad. Es una de las estrategias propuestas desde la Unidad de Calidad Ambiental de la Universidad de Granada, que acaba de publicar en la web de la institución (www.ugr.es) el manual Buenas prácticas ambientales en la vida diaria, un documento que propone consejos útiles para afrontar la mala gestión de los recursos naturales y la energía.
Crear el hábito ahorrador en los consumidores es el primer paso para optimizar recursos cada vez más escasos y proteger el medio ambiente desde los entornos urbanos. Adelina Peinado y Carolina Cárdenas son las responsables de la Unidad de Calidad Ambiental y las promotoras y autoras de este decálogo: Estas actividades se dirigen a sensibilizar a la sociedad granadina de los beneficios del ahorro y de lo fácil que es tomar medidas. En muchas ocasiones, es una cuestión de ingenio, señala Peinado.

Hace unos años, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) generó un eslogan que ha permanecido en el tiempo por su significado imperecedero. Piensa globalmente, actúa localmente es también la premisa conductora de esta iniciativa, cuya fuente de distribución es en sí misma una forma de optimizar los medios:

El manual sólo existe en formato electrónico. Quien quiera se lo puede imprimir. En otras ocasiones hemos publicado boletines mensuales en papel, pero además del gasto, la gente los tiraba –explica Peinado–. Tratamos de ser coherentes con las ideas que transmitimos.

Buenas prácticas ambientales en la vida diaria se presenta como una alternativa idónea para afrontar el próximo verano y la sequía que padece gran parte del país. La higiene diaria, la limpieza del hogar o la jardinería y el ocio son algunos de los apartados en los que se divide el manual, que también ofrece consejos preventivos como éstos:

Si te vas de viaje, cierra la llave de paso del agua de tu vivienda. Evitarás posibles inundaciones por grifos abiertos o accidentes; No cortes el césped al ras. La altura conveniente es de 5 a ocho centímetros. A esa altura, las raíces se mantienen sanas, el suelo tiene sombra natural y retiene la humedad; o No uses el inodoro como cubo de basura, coloca una papelera. Ahorrarás de 6 a 12 litros cada vez.

Además del agua, la energía eléctrica eléctrica o el reciclaje también se incluyen en esta guía útil. En función del consumidor, algunos de las acciones que se proponen conllevarían una pequeña inversión en el hogar. En este sentido, el documento también pretende concienciar al público sobre las ventajas, a largo plazo, de establecer me- canismos de ahorro energético: La mayoría de los sistemas que se proponen son bastante económicos, asegura Peinado, que achaca a una posible desinformación el rechazo inicial del consumidor: Todo acaba repercutiendo en los recibos que pagamos y eso hay que valorarlo.

La calidad de vida de la que disfruta las sociedades desarrolladas impiden a menudo pensar en la posibilidad de que los circuitos eléctricos dejen de funcionar o de que al abrir un grifo no ocurra nada. Sin embargo, las campañas de sensibilización impulsadas por la Universidad de Granada entre sus propios miembros reflejan, a medio plazo, cambios en los hábitos. Así lo confirman las encuestas periódicas enviadas al personal –y en ocasiones a algunos alumnos, si bien los estudiantes son el público potencial de otro área, la denominada Oficina Verde–.

Para la redacción de estos consejos, la Unidad de Calidad Ambiental –que está dirigida por Pedro Espinosa– ha contado con la colaboración de la Empresa Municipal de Aguas (Emasagra), que describe algunos dispositivos para gastar la menor cantidad posible de agua y explica su funcionalidad. Emasagra está en contacto permanente con este departamento universitario, ya que controla los vertidos a la red de alcantarillado: Desde aquí controlamos que la gestión de los residuos que generamos sea reponsable. La Universidad debe ser un ejemplo, así que tiene que cumplir con la legislación, señalan las investigadoras.

Cada vez que se sustituye el baño por la ducha, y se cierra el grifo hasta que haya que enjuagarse, se ahorran 150 litros de agua. Da vértigo pensar en todo lo que puede hacerse con esa cantidad. Esa sensación es precisamente el principio de un cambio social y una de los objetivo por los que trabaja este centro de investigación y control.

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