Ida Vitale y Claribel Alegría son las grandes favoritas para hacerse con la VIII edición del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada-Federico García Lorca. El nombre de la uruguaya Ida Vitale ha llegado los dos últimos años a las deliberaciones finales del jurado, mientras que la candidatura de la nicaragüense Claribel Alegría -la única discípula viva de Juan Ramón Jiménez- es la que cuenta con más apoyos y está respaldada por diez instituciones. La siguen el argentino Alfonso Nassif y el granadino Antonio Carvajal, con seis y cinco propuestas respectivamente. El fallo del jurado será el próximo 13 de octubre, según avanzó ayer el concejal de Cultura, Juan García Montero, y no es descartable que vuelva a aparecer un año más el nombre del chileno Nicanor Parra, aunque su delicado estado de salud juega en contra de esta posibilidad. De todas maneras, su nombre figuró el año pasado en la terna de finalistas y el jurado se llegó incluso a plantear viajar a Chile para entregarle allí el premio. A favor de Ida Vitale juega que está respaldada por la Casa de América, que cuenta con un representante en el jurado que componen, además, la Academia de Buenas Letras, Huerta de San Vicente, Universidad de Granada, Fundación Lorca, Residencia de Estudiantes y Centro Generación del 27. La Academia de Buenas Letras lleva años apostando por el granadino Rafael Guillén, aunque este edición tampoco es probable que lo consiga. Es el mismo caso de Luis García Montero, propuesto por el Festival de Poesía de Granada y responsable de que su hermano, el concejal de Cultura, tenga que salirse cada año de las deliberaciones hasta que se descarta su nombre.
Fuera de estos nombres, cualquiera de los cuarenta poetas propuestos podría ganar el Premio Lorca y los 50.000 euros de dotación económica, que convierten al galardón en el de mayor cuantía del mundo hispanoamericano. Lo que sí parece claro es que la Luna -escultura de Miguel Moreno que se entrega al premiado- cruzará este año el charco cumpliendo así su vocación de alternar un poeta español con uno hispanoamericano. Esta regla no escrita se incumplió el año pasado al premiar a la malagueña María Victoria Atencia, tras galardonar al jerezano José Manuel Caballero Bonald en 2009.
En general, los premiados con el Premio Lorca fueron finalistas en ediciones anteriores. No fue el caso de María Victoria Atencia, que se hizo un lugar en la Luna el primer año en que se presentaba su candidatura. Hasta el momento, la elección de Ángel González en la primera edición (2004) fue la que más costó al jurado. Con las deliberaciones enquistadas, el alcalde tuvo que dar un descanso de cinco minutos para que el jurado tomase una resolución. Se impuso a Juan Gelman, eterno candidato desde entonces. Y tras el mexicano José Emilio Pacheco (2005) la peruana Blanca Varela se llevó un galardón que acarició Pablo García Baena. Ese año sonó con fuerza el valenciano Francisco Brines, aunque su nombre no llegó en esa ocasión a la lista final de cinco candidatos. Pero ganó el año siguiente (2007), cuando llegó también a las últimas deliberaciones Tomás Segovia, que sólo tuvo que esperar a la siguiente edición para hacerse con el premio, en esta ocasión rompiendo las quinielas que daban como ganador a Caballero Bonald. Al año siguiente fue el poeta jerezano quien ganó la Luna, momento en el que Ida Vitale comenzó a postularse como candidata de la Casa América.
Además, este año se han presentado seis nuevos candidatos, todos ellos con una propuesta: Se trata de los poetas Rubén Bonifaz (Cuba), Carlos Órdenes Pincheira (Chile), José Tomé (España), Iris Tocuyo Llovera (Venezuela), Miguel Sahid (Puerto Rico) y Marta Arévalo (Uruguay). Sin embargo ya no figuran otros escritores como el mexicano Alí Chumacero, fallecido el pasado año. De las candidaturas presentadas, España aglutina el mayor número con 8, seguida de Argentina (6), Colombia (4), Chile y México, con tres cada uno.