Inicio / Historico

‘Hasta otoño no sabremos si lo peor de la tensión financiera ha pasado’

El catedrático de Análisis Económico de la UGR asegura que los ataques contra la economía nacional tienen mucho que ver con la incapacidad del Gobierno de transmitir al mundo la verdadera situación del país

España está de moda. Y no es un manido eslogan promocional. En las últimas semanas, España y su situación económica y financiera se ha convertido en la comidilla de buena parte del mundo y en blanco de las dianas de los especuladores.

-Pero, ¿es tan mala la situación de la economía española como algunos se empeñan en publicar?

-Por lo menos no se han cumplido los apocalípticos pronósticos que se hacían hace unos días. Podríamos decir que, afortunadamente, con la aprobación y el visto bueno de la Unión Europea al plan español de adaptación a la crisis y la futura publicación de los test de resistencia bancarios, hoy no estamos peor que el lunes. Y ya es mucho decir.

-¿Cómo han podido propagarse todos esos rumores?

-Hemos tenido un problema de comunicación para transmitir cómo estamos. Nos han puesto en la picota y no creo que España lo mereciera. Claro que no hemos sabido transmitir suficientemente bien al mundo cuál era nuestra verdadera situación y se han generado dudas que, conforme se han ido despejando, han ido disminuyendo las tensiones financieras. Si no las logramos despejar del todo, no podemos descartar que este tsunami vuelva. Los mercados están muy volátiles, los inversores no tienen nada claro y son muy susceptibles a cualquier rumor. Además, esta situación se ha producido en el mismo mes en el que España estaba proponiendo más cambios que ningún país del mundo.

-¿Se han acabado los ataques de los especuladores?

-Hay que seguir atentos. Hasta otoño no podremos decir que lo peor de esta situación de tensión financiera ha pasado. Si en otoño ya no hay tensión, empezarán a notarse las medidas y los mercados comenzarán a tener más confianza. Pero las dudas siguen ahí, los inversores y especuladores también, así que tenemos que seguir transmitiendo las cosas como lo hemos hecho en los últimos días. Hay que esforzarse por aclarar que España está haciendo todo lo posible para volver a crecer lo antes posible y poder hacer frente a todas sus obligaciones exteriores.

-¿Y realmente se está haciendo todo lo posible?

-Si hace seis meses me hubieran dicho que el Gobierno iba a hacer todo lo que ha hecho en el último mes y medio, no me lo hubiera creído. En este momento, lo que se está haciendo en nuestro país puede ser criticado porque se ha hecho tarde, por llegar después de un error de diagnóstico importante al pensar que la crisis no iba a durar mucho o que iba a afectarnos menos. Pero los mercados, los organismos internacionales y nuestros socios han demandado una austeridad muy intensa y no se puede negar que España es uno de los países que van en la dirección correcta.

-¿Con estas medidas bastará para volver a crecer?

-Probablemente habrá que hacer algo más, sobre todo si la economía no crece. Pero en este momento necesitábamos darle confianza a los inversores con un plan de austeridad a corto plazo. Y combinarlo con un cambio en el largo plazo. Y para eso hace falta una serie de reformas estructurales y la más importante es la reforma laboral. Nos puede gustar más o menos, pero evidentemente es un marco laboral más flexible que puede permitir obtener beneficios si nuestra economía vuelve a una senda de crecimiento y, sobre todo, si la economía mundial se recupera. Y necesitamos también dar confianza con nuestros bancos y nuestras cajas para que no haya más dudas y nos sigan financiando. Y sobre las tres áreas se ha actuado.

-¿Qué otras medidas quedan por adoptar? ¿Qué le recomendaría al Gobierno?

-Sacar la agenda que tiene en este momento y no decaer en la reducción del gasto público superfluo: hay solapamiento de funciones en departamentos y ministerios, hay que hacer sólo aquellas inversiones públicas que sean muy importantes. No es que todas deban de sufrir un impacto general negativo, pero no todos podemos tener el último tren de alta velocidad ya. Si se cambian los impuestos, habrá que intentar generar el menor tipo de distorsiones posibles. Ya sé que a todos nos apetece mucho que los ricos paguen más, pero a veces poner un impuesto sobre determinadas rentas muy altas o las Sicav puede generar más problemas de los que realmente resuelve. También hay que hacer un buen sistema de pensiones para el futuro, consensuado o no. Hay que darle más credibilidad a nuestro sistema, que en este momento se puede cubrir pero tiene una insostenibilidad a pocos años vista.

Descargar