La realización de cualquier proyecto de envergadura parte siempre de un gran reto y, en el caso de la Red Sísmica de Andalucía -un sistema que permite controlar y localizar en tiempo real los terremotos que ocurren en cualquier provincia andaluza- esta máxima cobra todo su sentido.
Y es que en 2004, cuando se produjo el terrible terremoto de Sumatra, no fue posible detectar el tsunami ni evaluar su magnitud. Un año después, la Unión Europea (UE) aportaba dinero para que se realizara una serie de proyectos en los que participó Granada. El gran objetivo era la monitorización en tiempo real de la actividad sísmica, un sistema que ahora se está instalando en Indonesia y que ya funciona en la ciudad de la Alhambra.
Esta mejora sustancial del sistema, que antes funcionaba de forma analógica, ha sido posible gracias a la puesta en marcha de las nuevas instalaciones del Instituto Andaluz de Geofísica. La nueva sede comparte edificio con el 112 y fue inaugurada oficialmente ayer por la delegada de la Junta en Granada, María José Sánchez; el delegado de Innovación, Francisco Cuenca; y el rector de la Universidad de Granada (UGR), Francisco González Lodeiro, entre otros.
Construida en una superficie de 13.000 metros cuadrados, 3.000 de ellos son de superficie útil y están divididos en tres partes: un tercio para la UGR, otro tercio para el 112 y otro para zonas comunes: salas, aulas de formación, biblioteca, etc. El gasto total realizado en el equipamiento del edificio ha sido de 190.000 euros, según ha informado la UGR, que ha hecho una inversión en estas obras, promovidas por la Junta que asciende a 72.738 euros.
Según explicó el rector, Francisco González Lodeiro, la Red Sísmica de Andalucía permite que cualquier movimiento sísmico que suceda en cualquier punto de Andalucía sea detectado gracias a los sismógrafos de banda ancha, por lo que se pueden prevenir futuros temblores, se puede conocer la cantidad de energía de los terremotos que se producen, y calcular así las normas sismorresistentes que darán más seguridad a los edificios y a todas las construcciones que se vayan haciendo.
Pero además, en la red hay también un puro un interés investigador, porque los terremotos sirven para conocer cómo es la tierra por debajo: «Son como unos rayos X. Podemos hacer una tomografía y obtener así diferentes resultados, lo que es muy positivo desde el punto de vista preventivo. Más aún al estar interrelacionados el IAG y el 112, aunque evidentemente el servicio de emergencias abarque muchas más actividades», indicó.
Por su parte, el director del instituto, Jesús Ibáñez, explicó que la Red Sísmica de Andalucía está compuesta de dos cinturones de estaciones. Una en torno a la depresión de Granada, que es una red sísmica de corto periodo. Y otra de banda ancha que cubre todo el territorio andaluz e incluso Ceuta. Los datos se reciben en tiempo real a través de diferentes vías: radio, internet y telefonía móvil.
«Aquí se procesa todo y hay un sistema integrado en una red mundial que permite que localicemos en tiempo real todos los terremotos. Así, en menos de un minuto podemos localizar un terremoto en Granada, con su cuantificación energética para estimar los posibles daños e influencia y obtener información a partir de ahí para el servicio e investigación. Además podemos, por ejemplo, detectar los terremotos de Chile, a través de la transmisión de datos», explicó.
En las sala principal , José Morales, científico y antiguo director del instituto, especificó que aún se mantiene el registro analógico, donde cada una de las bobinas corresponde a una estación sísmica, que es registrada 24 horas. Así se puede observar cómo se trabajaba antes, con papel, y cómo era posible hacerse una idea de la actividad sísmica que había aunque la localización implicaba cierta demora.
Pero ahora todo ha cambiado. No en vano, a través de los monitores se observa la salida gráfica de cuatro procesos que realiza el sistema de vigilancia en tiempo real. «No sólo recibimos las más de 20 estaciones que pertenecen a la UGR, sino que estamos recibiendo más de 200 estaciones desplegadas a nivel mundial por todo el planeta», indica el científico. El mismo sistema permite manipular el sismograma para cambiar la localización, si bien es tan inteligente que ni siquiera es necesario. Así, en menos de cuatro minutos se pueden localizar unos 100 terremotos en todo el mundo.
Las mejoras introducidas en la red sísmica han sido financiadas con fondos de los proyectos de investigación del Instituto de Geofísica que ve mejoradas las instalaciones para sus diferentes áreas de estudio: sismotectónica, prevención sísmica, geofísica aplicada con estudios de prospección como los realizados para la búsqueda de los restos de Lorca en el Parque García Lorca de Alfacar, y sismicidad volcánica, con investigaciones en la Antártida o países como Portugal o Italia. Además, hay abiertas varias colaboraciones con otros grupos científicos que trabajan en líneas de investigación como la sismicidad histórica, para prevenir futuros terremotos, o la estadística de fenómenos naturales.