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Fernando Vela: el rigor de un intelectual de la ‘tercera España’

«Un personaje de la llamada tercera España que se mantuvo firme hasta el final para evitar el enfrentamiento social a través de la cultura». Es el perfil biográfico que trazó ayer el catedrático de la UGR Antonio Sánchez Trigueros en la presentación de la Obra fundamental de Fernando Vela (Fundación Banco de Santander). Alma de la Revista de Occidente junto a su gran amigo Ortega y Gasset, desarrolló también una importante labor periodística como director de El Sol y en el periódico España de Tánger. «Es una personalidad que ha estado un poco olvidada, pero es un personaje muy importante en una época determinada de la vida intelectual española porque es un hombre que está detrás de grandes proyectos intelectuales y culturales», detalló Sánchez Trigueros en un acto en el que también participaron Borja Baselga (director de la Fundación Banco Santander) y los profesores de la Universidad de Granada Domingo Sánchez-Mesa y Mercedes de la Moneda.

Vela fue el gran responsable de la Revista de Occidente entre 1923 y 1936 y representó día a día el ideal de «nuevos hechos y nuevas ideas». «Es él quien le da a la revista ese gran aire intelectual donde se tratan todos los temas: poesía, teatro, novela, física, filosofía…», detalló Sánchez Trigeros.

En cuanto a los trabajos compilados en su Obra fundamental, el catedrático destacó que Vela tenía una idea diáfana de lo que tenía que ser un ensayo, «una cosa clara y concentrada con un lenguaje coloquial pera que lo entendiese la gente en ese afán pedagógico de Ortega y de los orteguianos».

El intelectual coincidió además con Francisco Ayala en su temprano interés por el cine. En 1925 escribió un artículo tratando de delimitar la especificidad del lenguaje cinematográfico, antipándose a la Indagación del cinema de Francisco Ayala.

Por otra parte, sobresale su relieve literario, «su voluntad de crear un estilo». Según Sánchez Trigueros «siempre estuvo entre bambalinas, actuando desde una posición muy discreta aunque realmente era uno de los grandes hacedores de ese momento intelectual».

Vela fue demás un hombre de disciplina férrea y se le consideraba el terror de su generación «porque no comulgaba con cualquier cosa». «Era muy estricto en cuanto a qué se tenía que publicar en la revista, que quería ser un puente entre Europa y España y entre la tradición y la modernidad».

Como a otros compañeros de generación la Guerra Civil le sorprendió en el Madrid republicano. Y temió por su vida, por lo que escapó a Francia para pasar después a la España Nacional, «donde también fue perseguido y se vio obligado a escribir con seudónimo». Acabó con el escritor y crítico taurino Gregorio Corrochano en el periódico España de Tánger, una publicación afín al bando nacional pero con un aire «bastante liberal». A comienzos de los sesenta, los hijos de Ortega y Gasset le ofrecieron volver a ponerse al mando de la Revista de Occidente pero declinó. «Decía que ya no era su momento», concluyó Sánchez Trigeros en su repaso sobre un hombre comprometido con el bando de la integridad.

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