Los tres millones de turistas que visitan la ciudad generan en torno al 15% del Producto Interior Bruto (PIB) de Granada. Probablemente no tengan quejas de su estancia, pero a buen seguro los universitarios extranjeros elogien y ensalcen un lugar que el alcalde, José Torres Hurtado, define como «pequeño pero lleno de gente, porque nos gusta estar en la calle». Ciertamente el estudiante foráneo es mimado y recibido con todos los honores, tanto por la Universidad de Granada (UGR), como por el Ayuntamiento.
Así, alumnos Erasmus y de intercambio de 37 nacionalidades diferentes fueron recibidos ayer en el Consistorio, y se les otorgó un diploma como embajadores de la ciudad. Pero la satisfacción de los jóvenes (que no paraban de hacer fotos e incluso al final del acto se retrataron unos pocos junto al regidor y su bastón de mando) va en aumento día tras día. Los recibió la UGR con unas charlas informativas sobre distintos aspectos esenciales para ellos y su estancia, para después organizar un programa de actividades de ocio y culturales: una noche de magia, películas, actividades deportivas, teatro, excursiones, visita a la Casa Porras donde disfrutaron de un espectáculo con danza del vientre, tango, guitarra española, títeres, flamenco… y como colofón la recepción de ayer.
Torres Hurtado expresó sus mejores deseos a los universitarios, aunque con cierta prudencia: «Pasarlo estupendamente, pero ser prudentes con la diversión, no os paséis». Propósitos que a su vez manifestó el Rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, aunque quiso añadir «que también hay que estudiar». A pesar de que los granadinos tienen ‘malafollá’, para el Rector es una invención. «Yo no soy de aquí, pero puedo asegurar que yo no lo he notado. Creo que dicen que Granada es la tierra del ‘chavico’ y de la ‘malafollá’ para darse a conocer, porque son gente muy acogedora».
Para finalizar, una foto de familia en las escaleras del Ayuntamiento, y el compromiso del alcalde de que la recibirán.