arqueología edad del cobre
El yacimiento de Los Millares completa su fase de divulgación
Inauguración Desde hoy el Yacimiento de Los Millares cuenta con un Centro de Interpretación, una nueva guía didáctica y un parque temático que ayudarán a divulgar los trabajos realizados en casi treinta años de investigaciones
gepran
reconstrucción. Una imagen que reproduce cómo era el poblado en su época.
J. MUÑOZ
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granada. Se trata de uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Europa que se conservan de la Edad del Cobre. Fue ocupado, según los pruebas obtenidas por el método del Carbono 14 calibrado, desde el 3200 al 2250 a. C. por una cultura previa a los asentamientos argáricos.
El yacimiento de Los Millares, situado en el término municipal de Santa Fe de Mondújar (Almería), contará a partir de hoy con nuevos elementos de divulgación para sus visitantes: un Centro de Interpretación con exposición permanente, una nueva guía didáctica –que representa la primera publicación actualizada en 20 años– y un parque temático que reproduce fielmente los lugares más importantes del conjunto.
Representantes de la Junta de Andalucía y del Grupo de investigación de Prehistoria Reciente de Andalucía (GEPRAN), dependiente de la Universidad de Granada, inaugurarán hoy en la localidad almeriense unas instalaciones que vienen a completar la fase de puesta en valor del conjunto arqueológico.
Los Millares está compuesto por un poblado con barreras defensivas concéntricas y una necrópolis en la que se han identificado cerca de 80 tumbas megalíticas. Se extiende por una superficie de 19 hectáreas y constituye uno de los yacimientos prehistóricos más singulares de Europa, tanto por su datación como por los hallazgos que han derivado de las sucesivas excavaciones.
Fernando Molina es el director del GEPRAN y desde el año 1978 lleva trabajando en el yacimiento de Los Millares al frente de la investigación arqueológica. Él cree que los habitantes de este poblado tenían una organización social muy marcada por elementos religiosos.
Era una sociedad regida por claves simbólicas y religiosas, incluso la desigualdad social estaba marcada por ceremonias muy complejas que incluso se extendieron a otros asentamientos. Frente al uso militar de otras culturas de la Edad del Cobre, los elementos para mediatizar a la población no eran violentos. Era una sociedad más teocrática que militar, explica el catedrático.
Sin embargo, una de las características más importantes del yacimiento almeriense es su estructura defensiva, constituida por tres líneas de muralla concéntricas que cierran el asentamiento y una cuarta fortificación con planta cuadrangular que se asemeja a una ciudadela. De este sistema se conservan 13 fortines pero los arqueólogos han podido estudiar detalles sobre la construcción de cada una de las murallas. En el interior de estas líneas se localizaban las cabañas de sus pobladores y delante de las murallas ya se empleaban los fosos defensivos.
Según han podido constatar los investigadores la actividad de Los Millares estaba muy vinculada al mar y a la distribución de las mercancías que llegaban al puerto almeriense, especialmente el marfil y las cáscaras de huevo de avestruz, que se utilizaban para cuentas de collar. Entonces el asentamiento estaba a diez kilómetros del mar (hoy está a 20).
El paisaje era más húmedo y tenía una mayor cobertura vegetal, con matorral y encina. El río tenía en su orilla bosques galería y había una fauna salvaje que servía de caza a sus habitantes, sobre todo ciervos, lobos, jabalíes y nutrias, que demuestran que el curso del agua era contínuo, afirma Molina.
Todos estos rasgos de la cultura de los Millares son muy parecidos a los de otros pueblos de la Edad del Cobre que habitaron en el estuario del Tajo, cerca de Lisboa. Para que los científicos hayan podido analizar estos datos ha sido determinante la información obtenida de las tumbas. En la necrópolis de Los Millares se han identificado cerca de 80 sepulturas colectivas en zonas próximas al poblado, casi todas fuera del recinto amurallado. Algunas de las tumbas descubiertas constan de un vestíbulo donde se han localizadoo objetos fabricados con marfil, así como vasijas decoradas con elementos simbólicos. Se trata de piezas que componían el ajuar de los muertos y que han desvelado datos sobre el universo sagrado de sus pobladores. El GEPRAN prepara ahora la memoria científica que recoge las conclusiones de cerca de treinta años de trabajo en el yacimiento. Las instalaciones que se inauguran hoy suponen el final de una etapa centrada en la divulgación y puesta en valor que continuará con nuevas excavaciones.