El servicio doméstico es la ocupación más habitual de las inmigrantes tituladas
Un estudio cifra en el cinco por ciento las mujeres extranjeras residentes en Granada con estudios superiores
Rebeca Alcántara / Granada | Actualizado 22.07.2008 – 01:00
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La mayoría de las mujeres inmigrantes con titulación universitaria no consigue un trabajo adecuado a su formación. Esa es la principal conclusión de un estudio sobre la integración laboral de este colectivo que está realizando el Instituto Municipal de Formación y Empleo (IMFE), en el marco del proyecto europeo Empower Women.
Las mujeres inmigrantes con titulación que llegan a Granada tienen empleos de escasa cualificación y presentan un mayor porcentaje de contratos temporales, además de mayor número de horas trabajadas a la semana. Sus trabajos se concentran normalmente en la hostelería y el servicio doméstico.
La investigación, que comenzó el pasado mes de noviembre, analiza también los datos de otras ciudades europeas, Florencia (Italia) y Postdam (Alemania). En este sentido, la concejal de Turismo y vicepresidenta del IMFE, Marifrán Carazo, señaló que los datos extraídos en estas otras localidades son similares a los de nuestra ciudad.
Según explicó la responsable municipal, en Granada hay 11.125 extranjeras censadas de las que 604 posee alguna titulación universitaria. El dato supone un 5,43 por ciento del total de las inmigrantes empadronados en la ciudad. Carazo destacó además la importancia que tiene la presencia femenina en el colectivo inmigrante, un 65 por ciento del total.
Los primeros datos vertidos por el estudio europeo señalan que los principales problemas a los que se enfrentan estas mujeres cuando llegan a la ciudad son la homologación del título y la barrera idiomática.
En este sentido apuntó que los trámites burocráticos para conseguir que la formación conseguida en su origen sea válida en nuestro país, se alarga en muchas ocasiones hasta los dos años. A este respecto, Carazo manifestó la necesidad de un marco legal que acelere este proceso.
Junto a los problemas burocráticos aparecen otro tipo de factores como las dificultades económicas, el desarraigo cultural y familiar o la discriminación que a veces sufren estas mujeres. Esto provoca que la mayoría se vea obligada a desempeñar empleos de baja cualificación y en muchas ocasiones, con condiciones laborales peores que las de mujeres no inmigrantes.
El siguiente paso en este proyecto, que estará vigente hasta noviembre de 2009, será poner en común las conclusiones del mismo con los otros países participantes. El objetivo es tratar de encontrar las medidas más adecuadas para paliar esta situación de discriminación que se está produciendo en este sector de la sociedad.
Marifrán Carazo insistió en la necesidad de elaborar políticas comunes para la mejora de la integración de estas mujeres, para que puedan aportar todas sus capacidades a las empresas de la ciudad.
Por su parte Zoubida Boughaba, técnico de Cruz Roja y que fue hace años una de las afectadas por esta situación, insistió en la poca adecuación que existe normalmente entre la formación de estas mujeres y el empleo que desempeñan. Boughaba recordó su caso y explicó que a ella también le resultó difícil encontrar un trabajo a pesar de que había obtenido su titulación en la Universidad de Granada.
La técnico de Cruz Roja añadió que a la discriminación por ser mujer se une en este caso el hecho de tener otra nacionalidad. Además, resaltó la dificultad que encuentra este colectivo para conciliar la vida familiar y laboral y para adaptar su formación y reciclarse.
También destacó como una importante barrera, que en la mayoría de las ocasiones los empresarios no valoran la experiencia que tienen estas mujeres en sus países de origen.
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