aniversario del dogma de la inmaculada
El reflejo artístico de un dogma
REBECA ROMERO
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granada. El Sacromonte es uno de los enclaves esenciales para comprender el origen de la proclamación del Dogma de la Inmaculada. La Historia, plasmada en documentos y en obras de arte, como el lienzo que Gómez Moreno dedicó a San Cecilio en 1902, refleja al carismático barrio granadino como el lugar donde se inició la defensa de este dogma de fe gracias a Pedro de Castro, más tarde Arzobispo de Sevilla. Ésta es una de las curiosidades recogidas en la exposición A María no tocó el pecado primero, un original proyecto que conmemora el 150 aniversario de la proclamación dogmática de la Inmaculada y que se ha instalado en el Monasterio de la Concepción. Autoridades y organizadores inauguraron ayer el proyecto expositivo, si bien las cerca de doscientas piezas que lo componen se mostrarán al público a partir de este viernes.
La recuperación del Dogma Inmaculista a través del arte tiene su antecedente en Sevilla y en Córdoba, donde la Obra Social de CajaSur –patrocinador de la iniciativa– impulsó muestras similares el año pasado. La de Granada es una exposición en parte casual, surgida de un proceso de restauración de piezas acometido por alumnos del Master de Patrimonio de la Iglesia, organizado por la Facultad de Teología de la Universidad de Granada. Según explicó ayer uno de sus participantes, la rehabilitación comenzó a finales de agosto y, a raíz de eso, se pensó en la posibilidad de montar una pequeña muestra sobre la Inmaculada.
Convertir la posibilidad en realidad ha supuesto una doble revolución para las religiosas que viven en el Monasterio, situado en el Albaicín. Además de revitalizar y conservar el patrimonio artístico, la idea ha transformado parte de las instalaciones en museo permanentemente abierto a visitantes: Supondrá un sustento extra para la comunidad religiosa, una forma de ayudar a su independencia, según los organizadores.
La idea era crear un museo para revitalizar el convento. Diseñada por el profesor Javier Martínez, a las dos estancias que configuran el museo permanente se unen para la muestra cuatro salas divididas temáticamente: La ciudad, los reyes y la nobleza; La Inmaculada en pintura; La Inmaculada en escultura y La devoción de la Inmaculada en Granada. La bienvenida al primer espacio expositivo la dan dos piezas de Santa María Ágreda y San Francisco, fundador de la orden; junto a ellas, destacan dos óleos de la Inmaculada sobre piedra de ágata.
Además de los retratos de los Reyes Católicos –que fundaron la hermandad primitiva en Santa Fe–, la primera estancia presenta una Virgen sedente del siglo XV y algunas Inmaculada franciscanas, que se representan con el Niño. La segunda sala –a la que se accede por un patio desde el que se observan antiguas casas nazaríes, adheridas al edificio– es en la que Granada adquiere máxima presencia. Junto a piezas que remiten al origen del dogma en el Sacromonte, llama la atención un cuadro de San Juan de Dios pintado por López Vázquez y un lienzo titulado El Triunfo de la Inmaculada en el que se distingue la plaza del mismo nombre. Este cuadro es también un reflejo de la sociedad granadina del siglo XVI, integrada, entre otros, por religiosos, estudiantes y duelistas. Merece la pena reseñar el Zurbarán en el que aparecen dos jesuitas escribiendo documentos de defensa del dogma.
La estancia pictórica agrupa a algunos de los autores de pintura religiosa más prestigiosos: Alonso Cano, Juan de Sevilla o Sánchez Cotán son algunos de ellos. Algunas de las obras decoran permanentemente instituciones de la ciudad; es el caso de la Inmaculada de Juan de Sevilla, del siglo XVI, que normalmente está en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Granada.
El consistorio es una de las instituciones que han cedido sus fondos para la exposición. Las obras, además de las que se conservaban ya en el Monasterio, vienen de Sevilla, Baeza, Andújar, Córdoba, Guadix y Granada, –cofradías y hermandades como el Rosario, Los Escolapios, Las Angustias y La Aurora; Universidad; Casa de los Tiros; Museo Arqueológico; y Museo de Bellas Artes) y de colecciones particulares.
La exposición temporal termina en la iglesia del Monasterio, reconvertida a espacio expositivo sin anular su carácter religioso. Alonso Cano vuelve a adquirir protagonismo en este apartado con la exhibición de una de las primeras Inmaculadas que esculpió durante su etapa sevillana, instalada en uno de los retablos de la iglesia. Patrimonio del monasterio, se expone asimismo un conjunto de ocho barros en torno a la vida de la Vírgen.
A María no tocó el pecado primero está organizada por CajaSur y el Monasterio de la Concepción de Granada, con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad y la Facultad de Teología de la Universidad de Granada. Permanecerá abierta al público hasta el próximo 28 de agosto.