Un nuevo informe de la CHG fijará el grado de toxicidad en Sierra Elvira
Tanto la Subdelegación de Gobierno como la Junta de Andalucía descartan que haya riesgo para la salud, ya que el acuífero, con presencia de arsénico, no está conectado a la red de abastecimiento
granada hoy
raja santa. Una excavadora y varios operarios continúan con las labores de restauración ambiental en la zona tras los vertidos de chatarra.
Á. C. / S. S.
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granada. Las muestras de contaminación recogidas en el acuífero termal de Raja Santa, en Sierra Elvira (Atarfe), serán analizadas por el Departamento de Calidad de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) al objeto de contrastar sus resultados con los obtenidos por la Delegación de Salud, que apreció niveles de arsénico que desaconsejaban su consumo humano.
Por el momento, no se tiene constancia de que ello suceda puesto que el agua termal de Sierra Elvira –caliente y sulfatada– no está incorporada a la red de abastecimiento humano si bien ha venido siendo utilizado para uso industrial y agrícola.
Tanto la Subdelegación del Gobierno de Granada como la Junta de Andalucía rechazaron ayer que pueda haber un riesgo para la salud de los ciudadanos bajo el argumento de que dichas aguas no forman parte de la red de suministro de agua de los municipios.
Aún así, las autoridades han preferido solicitar un nuevo informe más exhaustivo que trate de determinar el grado de toxicidad de los vertidos hallados en el acuífero de Raja Santa, además de intentar arrojar luz sobre su procedencia por si ello pudiera ser constitutivo de un presunto delito medioambiental, circunstancia que está siendo investigada por la Fiscalía.
Otra cuestión es la incidencia que puede tener la contaminación en los pueblos de la zona teniendo en cuenta que las aguas subterráneas de Sierra Elvira están conectadas con el acuífero de la Vega a tan solo un kilómetro de distancia. De él toman el agua numerosas explotaciones agrícolas, industrias y algunos particulares aunque hasta el momento no se ha detectado nada anormal, según afirmaron ayer los responsables de las administraciones consultadas.
El nuevo estudio de la CHG establecerá si es necesario aplicar un protocolo de alerta, es decir, la adopción de medidas de control y prevención en los municipios del suroeste la Vega, algo que por el momento no se ha realizado pese a que los niveles de arsénico detectados en las muestras del acuífero de Raja Santa están por encima de los niveles normales, según el estudio realizado por el Distrito Sanitario Metropolitano. Dicho informe advertía de que la toxicidad del arsénico encontrado en las muestras podría causar patologías cancerígenas a largo plazo siempre y cuando su consumo fuera prolongado.
En este sentido, el profesor del Departamento de Hidrogeología de la Universidad de Granada, Antonio Castillo, considera fundamental saber qué extensión tienen los vertidos de Raja Santa para determinar sus posibles efectos. Castillo cree que el arsénico acabará probablemente diluyéndose cuando sus aguas lleguen al acuífero de la Vega porque el flujo de agua es mucho mayor que el que desciende de Sierra Elvira.
Castillo, que ha venido realizando análisis de las aguas de Sierra Elvira hasta mediados de la década de los noventa sin que se apreciaran niveles de arsénico, pone más el acento en el problema ambiental que en el riesgo para la salud de los ciudadanos.
Si hay arsénico está claro que es un compuesto utilizado por el hombre y, en teoría, no procedería de las balsas de alpechín, salvo que éstas se utilizaran para arrojar vertidos de otro tipo, opina Castillo, autor también del informe pericial sobre los vertidos de una chatarrería de coches, donde recomendaba la urgente retirada de todo el material arrojado por la empresa en las inmediaciones de Raja Santa.
