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El ‘no’ rotundo a los recortes pone contra las cuerdas a la Universidad

Las movilizaciones no lograron impedir la celebración del acto oficial de apertura pero sí que no se llevara a cabo en el Crucero como estaba previsto · Tres guardias jurados necesitarán baja médica.

 

Aunque finalmente se celebró el acto institucional, a pesar de lo planeado por la Plataforma contra los Recortes de la UGR, no tuvo como escenario el Crucero del Hospital Real como había previsto el Rectorado. Nadie resultó victorioso de la inauguración oficial del curso académico 2012-2013, del que sí salieron varios lesionados que necesitaron asistencia y algunas bajas médicas.

Las protestas de un millar de personas, entre estudiantes, profesores y personal de administración y servicios de la Universidad de Granada, obligaron a que el acto se trasladase al Salón Rojo para su desarrollo a puerta cerrada y sin hacer seguimiento del orden del día fijado.

Los principales incidentes de la mañana -que no los únicos- tuvieron lugar ayer en el Rectorado de la Universidad de Granada, donde este fin de semana han secundado un encierro algunos miembros de la Plataforma contra los recortes.

Para sorpresa del rector ,que se había reunido con ellos a primera hora de la mañana, no hubo solución pacífica. Aunque la Universidad de Granada había acordado que todos los alumnos podrían entrar al acto institucional del inicio de curso y se leería su manifiesto a cambio de que no se impidiera su normal desarrollo, finalmente el acto no pudo celebrarse en este espacio ni seguir el tradicional guión de desarrollo.

Los participantes en el encierro se encadenaron a la mesa presidencial del Crucero del Hospital Real donde, se iba a realizar la apertura, para reclamar su suspensión con el lema «No tenemos nada que celebrar».

Mientras este colectivo permanecía encadenado en el Rectorado, unas 200 personas se concentraron sobre las 9:30 horas en la plaza de la Facultad de Derecho para recibir con una cacerolada a los académicos y miembros del equipo de Gobierno de la Universidad de Granada que iban a participar en la tradicional procesión cívico-acádemica de inicio de curso.

Con consignas como «Lodeiro da la cara» o «Menos procesiones y más soluciones», el colectivo dificultó la salida de la procesión de profesores y nuevos doctores. Fue allí donde se registró la primera situación de tensión de la mañana.

El cortejo, presidido por el rector como es tradicional, tuvo que ser protegido por las fuerzas del orden para poder realizar la salida procesional, que finalmente se inició con retraso.

Los efectivos de la Policía Nacional y Local tuvieron que rodear a Lodeiro y al resto de la comitiva para permitir su acceso a la Plaza de Derecho, aunque sin evitar los empujones de algunos de los manifestantes que intentaban obstaculizar la salida del cortejo festivo. Además, el dispositivo tuvo que custodiar al rector y acompañantes a lo largo de todo el itinerario, que se realizó con semblante serios y sin aire festivo.

Algunos de los manifestantes, como César García, ex alumno de la UGR, comentaba que su intención era sólo que el rector los atendiese, «pero su actitud ha sido de total indiferencia». «Todo esto se podría haber evitado si se hubiese dirigido a nosotros, aunque nuestra petición siempre fue que se suspendiese el acto de inauguración como gesto simbólico contra los recortes», señalaba García en referencia a la solicitud que la semana pasada ya hicieron llegar por escrito al rector los sindicatos.
Entre los abucheos de los manifestantes, el equipo de gobierno de la institución se trasladó al Salón Rojo para celebrar un breve acto para los nuevos doctores, dadas las circunstancias de fuera.

Fue entonces cuando la situación se fue de las manos, ya que los manifestantes trataron de subir también al Salón Rojo y los guardias de seguridad del rectorado recibieron la orden de impedir su paso. En las escaleras de acceso al pasillo superior se produjo un tenso forcejeo que finalmente se saldó con seis vigilantes jurados con lesiones.

Tan sólo se procedió a la imposición de birretes a los nuevos doctores entre sonoros aplausos, pero ni se leyó la memoria anual, ni impartió la lección inaugural, entre otros puntos que tuvieron que suprimirse del programa para evitar males mayores.

Durante su intervención, el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, dijo que se trataba de un día muy triste para la institución docente. En posteriores declaraciones a los medios, Lodeiro pidió a los manifestantes que «recapaciten» y lamentó que los integrantes de la Pataforma contra los Recortes no hayan cumplido el acuerdo al que se llegó a primera hora.

El rector, en declaraciones a los medios tras el incidente, pidió que no se rompa nunca la vía del diálogo y que se pueda trabajar «conjuntamente» durante el curso académico. También recalcó que los rectores ya manifestaron su malestar por «las formas y el fondo» de los recortes y que apoyan la universidad pública y de calidad como medio para salir de la crisis económica.

El próximo viernes se celebrará un claustro extraordinario en el que se abordarán diversos asuntos, como la propuesta de los estudiantes sobre la regulación del paro académico y su representación en los organismos de Gobierno de la UGR. Además, se abordará el decreto aprobado en abril de este año sobre los recortes en la institución docente, especialmente en lo referido a la subida de tarifas y a la dedicación del profesorado, y se prevé aprobar un manifiesto en el que la institución docente muestre su posición frente a la actual situación de ajustes.

Los manifestantes repartieron el manifiesto para el próximo curso

Los concentrados a las puertas del Hospital Real repartieron hojas con el documento que surgió tras la asamblea del 20 de septiembre. El manifiesto es una llamada a la comunidad universitaria para luchar «por una educación pública de calidad, de todos y para todos». «Esto no surge como consecuencia de la coyuntura económica, sino que forma parte de unos planes previos, con la Estrategia Universidad 2015 como uno de sus principales agentes. Estas medidas se concretan en una reducción de 623 millones de euros en educación y 457 millones de euros en I+D+i en los Presupuestos Generales del Estado, respecto a las partidas de 2011. Por todo ello, exigen que la Universidad demande «la derogación de las leyes de reducción de salarios y becas, supresión de derechos laborales y subida de tasas, incluyendo las que perjudican a los estudiantes de fuera de la UE». Que diga «no a la fusión de universidades ni a la reducción del mapa de titulaciones», «no a los recortes en investigación y docencia», y «no a la privatización de los servicios públicos», y a la vez que se permita «una mayor democracia otorgando más poder y responsabilidad a todos los miembros de la comunidad universitaria».

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