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El nivel de soledad que padecen las personas mayores ya se puede medir

Los resultados indican que las mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales sufren este carencia afectiva

La soledad social hace referencia a un déficit a las relaciones sociales

La catedrática en Psicogerontología Social Ramona Rubio y las investigadoras Mercedes Pinel y Laura Rubio han creado y validado la primera escala de medición de la soledad social, desde el Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento de la Universidad de Granada (UGR), único departamento de este tipo en toda España.

Este instrumento, denominado Escala de Soledad Social Este II, permitirá a los expertos analizar la experiencia subjetiva que tiene el sujeto ante los cambios sociales, la era digital y la adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros, donde están implicados componentes cognitivos y emocionales.

Según algunos autores, la soledad social hace referencia a un déficit en las relaciones sociales que produce un sentimiento de marginalidad, aislamiento y aburrimiento. Quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.

La Escala de Soledad Social Este II, es resultado del proyecto de investigación La soledad en mayores realizado por la UGR y el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) a lo largo del año 2009.

Esta nueva escala está compuesta por quince ítems con tres alternativas de respuesta que son: siempre, a veces y nunca; los encuestados deben responder a cuestiones relacionadas con su percepción de apoyo social a partir de preguntas como «¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?» o «¿Se siente usted solo?»; con el uso de las nuevas tecnologías, y sobre el índice de participación social subjetiva.

Rubio afirma que «lo único constante en este mundo es el cambio y mucho queda por analizar sobre la percepción y adaptación del ser humano a esos constantes cambios que le rodean».

Para certificar la validez de este instrumento se realizó un estudio experimental con casi 800 mayores de más de 65 años de la provincia. Según los resultados, el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.

«La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social o la crisis del nido vacío les hace encontrarse en una situación de soledad».

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