El modelo europeo hace años que llegó a muchas aulas de la UGR
Las premisas que marca el Plan Bolonia para los estudios superiores se cumplen ya en muchas aulas de la Universidad de Granada. Clases con menos de cincuenta alumnos, una buena dosis de horas de formación práctica que alivie la densidad de las de teoría y el uso de las nuevas tecnologías que permita al estudiante crearse su propio itinerario de trabajo.
La clave de esta tímida evolución está en dos iniciativas de la UGR: los proyectos de Innovación Docente y los del Centro de Enseñanzas Virtuales de la Universidad de Granada (Cevug). Al igual que está ocurriendo en Primaria y Secundaria, el uso de las nuevas tecnologías obliga a los docentes universitarios a repensar las materias que imparten, a pensar en los alumnos que serán usuarios de ellas y el reciclaje se impone.
Gran parte del profesorado de los centros con pocos alumnos hace tiempo que se vio obligado a dejar atrás las clases magistrales en su afán por conservar y atraer a más estudiantes a sus aulas. Es el caso de Víctor Herrero, del Departamento de Biblioteconomía y Documentación, quien asegura que ha sacrificado la cantidad por la calidad. «Soy partidario de enseñar seis conceptos en profundidad, con ejemplos muy prácticos que haga partícipe a todo el alumnado, que explicarles cómo son 40 elementos sin que nunca lleguen a dominar la materia», argumenta el docente.
Herrero es uno de los muchos profesores que se ha beneficiado de los proyectos de Innovación Docente («ya he pedido seis», dice). Y tiene ya dos asignaturas virtuales que imparte en el Cevug.
No todos los profesores están involucrados en estos proyectos, muchos los asumieron hace años sin saber muy bien a dónde les llevaría y ahora ven que esa es la senda que se les exigirá con Bolonia.
La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (Aneca) los valora con una puntuación muy alta en la acreditación de los enseñantes porque es la mejor forma de garantizar el desarrollo formativo de la comunidad universitaria española.
Descargar