77775 El Laboratorio de Nanoelectrónica de la Universidad de Granada formará parte de Waytogo Fast, una iniciativa de la Comisión Europea con un presupuesto de 150 millones de euros en la que participan las principales industrias semiconductoras europeas
El internet de las cosas (IoT, por su siglas en inglés) se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos, como los electrodomésticos, a internet
Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes al Laboratorio de Nanoelectrónica de la Facultad de Ciencias y al Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (CITIC), participarán en un proyecto europeo denominado Waytogo Fast, con un presupuesto de 150 millones de euros, uno de cuyos objetivos será implementar el internet de las cosas (IoT, por su siglas en inglés), un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con internet.
La Comisión Europea acaba de poner en marcha esta iniciativa, de dos años de duración, formada por un consorcio en el que participan las principales industrias semiconductoras europeas, y liderado por STMicroelectronics (Francia), la mayor empresa semiconductora europea por volumen de facturación, que implementará la tecnología electrónica que deberá resolver los importantes retos tecnológicos que afrontaremos en el futuro cercano.
Como explica el catedrático de Electrónica de la UGR Francisco Gámiz Pérez, que participa en el proyecto, «Waytogo Fast ya no solo busca aumentar las prestaciones de los dispositivos (velocidad y capacidad de procesado de la información) reduciendo el coste económico, sino que ahora además, se perseguirá un uso eficiente de la energía, es decir, reducir drásticamente la potencia que estos dispositivos necesitan para funcionar».
Una de las aplicaciones que la nueva tecnología debe afrontar es el internet de las cosas. «En los próximos años veremos crecer espectacularmente el número de aparatos de nuestro entorno cotidiano que estarán conectados a internet. Veremos dispositivos sensores por doquier, que obtendrán información de nuestro entorno, la transmitirán a través de la red a los centros de decisión, donde tras procesar la información recibida se actuará de manera oportuna», explica Gámiz. «El reto es convertir cualquier objeto electrónico, por extraño que parezca, en una plataforma a la que pedirle cosas. La tostadora, el frigorífico, la lavadora ya comienzan a estar preparadas para este nuevo mundo».