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El estado de la ciencia andaluza

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El estado de la ciencia andaluza

Rentabilidad. Un estudio muestra que Andalucía se sitúa tercera en producción científica, por detrás de Madrid y Cataluña, a pesar de que invierte menos y las empresas tienen menor peso en la investigación

I. GARCÍA
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Granada. La ciencia andaluza hace balance. Cuando desde diversos sectores se critica el giro en la política científica de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa –la que dirige ahora los designios de la investigación en la comunidad autónoma–, un estudio repasa la anterior etapa de la ciencia en Andalucía, la que venía marcada por la Consejería de Educación y Ciencia y las sucesivas ediciones del Plan Andaluz de Investigación.
La principal conclusión del análisis de la producción científica andaluza es que supone el 15 por ciento del total nacional, situada por detrás de Cataluña y Madrid. Además, durante el periodo analizado (1990-2002), los niveles de producción mantienen un crecimiento superior a la media española, a pesar de que la región destina a I+D tan sólo el 0,62 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), por debajo no sólo de Madrid y Cataluña, sino también de otras comunidades, como la Valenciana, Navarra o País Vasco.

Estos datos se recogen en el estudio Indicadores científicos de Andalucía, dirigido por el vicerrector de la Universidad de Granada (UGR) Félix de Moya Anagón, y editado por la Consejería Innovación, Ciencia y Empresa. En la presentación, celebrada en el Parque de las Ciencias, Anagón destacó que la producción científica se ha medido utilizando como referencia la publicación en revistas internacionales, sin considerar otros criterios.

La visibilidad de la ciencia andaluza a nivel internacional ha experimentado un aumento. Por áreas, los investigadores andaluces logran unos niveles de impacto superiores a la media nacional en Agricultura, Biología Vegetal, Ciencias de la Tierra, algunas Ingenierías y Matemáticas. Otras como Medicina, cuya poca representatividad en las recientes ayudas de Innovación levantaron las críticas de la UGR, no destacan por impacto aunque sí por la calidad de su producción.

Estos resultados llevan a Anagón a considerar el anterior sistema científico andaluz como relativamente eficiente en cuanto a la relación de la economía y el producto conseguido. Sin embargo el análisis deja al descubierto también las carencias. La principal: la escasa inversión privada en el sistema de I+D de Andalucía. El porcentaje es de los más bajos de España (34,73 por ciento), mientras que comunidades como País Vasco alcanzan el 75%.

Ésta fue la principal razón que esgrime la Consejería de Innovación para el cambio de rumbo en su política científica, que privilegia el lado tecnológico y la aplicación empresarial de la investigación. Las características de las empresas andaluzas, la mayoría PYMES, determinan su poca presencia en la I+D; en el caso de Madrid o Barcelona, el alto grado de implicación empresarial se debería, según Anagón, a la presencia de grandes multinacionales.

Otra de las principales rémoras del sistema científico en la comunidad es la dependencia del sector público, principalmente de las Universidades. Éstas suponen el 70 por ciento de la investigación que se hace en Andalucía, mientras que en España ese porcentaje baja hasta el 60 por ciento. Si hay que destacar una, Anagón no duda: La Universidad de Granada es la primera en producción cientrífica de Andalucía.

Los centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tienen porcentajes de impacto científico más altos, lo que, en opinión del director del estudio, se debe a que en estos centros sólo se investiga y no hay docencia.

También son los científicos del CSIC los que tienen índices más altos de colaboración con científicos internacionales. Esta colaboración es otra de las asignaturas pendientes, aunque desde mediados de los 90 las Universidades intentan romper este aislamiento. Áreas como la Astrofísica, la Biomedicina y las Ingenierías destacan, sin embargo, por la colaboración internacional. Otro de los aspectos que debe mejorar la I+D andaluza es, según Anagón, la escasa participación de los hospitales públicos en la investigación.

Esta radiografía del estado de la ciencia en Andalucía muestra fortalezas y debilidades. Sólo mide la publicación en revistas científicas, un sistema que con los nuevos criterios de Innovación puede resultar demasiado encerrado en sí mismo, sin aplicaciones al mundo productivo. En cualquier caso muestra virtudes y carencias, lo que se puede aprovechar y lo que habrá que cambiar.

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