– El elevado coste deja en el aire el proyecto de las exhumaciones
Memoria Histórica no puede hacer frente al presupuesto que calcula · Únicamente la recuperación de los cuerpos de Galindo y Galadí superaría los 30.000 euros
Nuevo obstáculo en el camino hacia la vía judicial. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada se enfrenta a una nueva dificultad en su larga lucha para lograr que se exhumen los restos de los fusilados en Granada junto al poeta Federico García Lorca, los casos de Dióscoro Galindo y Francisco Galadí.
La identificación y extracción de los cuerpos, proceso que la asociación desea llevar a cabo con todas las garantías, tal y como exige la Junta, requiere unos recursos económicos muy elevados que la asociación no puede afrontar en estos momentos, según explica su presidente, Francisco González Arroyo.
González precisó a este periódico que tres de las peticiones formuladas por los familiares para dar sepultura digna a sus abuelos son asequibles, si bien las del maestro republicano y el anarquista exigen unas estructuras de seguridad y privacidad muy complejas y costosas. Hasta tal punto que el desenterramiento e identificación de ambos cuerpos asciende a unos 30.000 euros aproximadamente, en concepto de contratación del equipo de arqueólogos y de sondeo geotécnico necesarios para tal fin.
Asimismo, a efectos de mantener el derecho a la intimidad, también habría que poner en marcha una gran estructura de privacidad, lo que encarece el presupuesto, de modo que si el juez otorgase la licencia en este momento sería muy difícil contar con los medios necesarios para afrontar el proceso.
Como no tenemos el presupuesto terminado, no hemos planteado los costes definitivos. Pero los arqueólogos lo están terminando y, una vez que los tengamos, presentaremos una solicitud a la Junta para ver si nos puede ayudar, relató. El requerimiento de la Administración autonómica de que sean científicos los que lleven a cabo el proceso encarece mucho los costes, según valora González Arroyo.
Nosotros queríamos contar con la colaboración de los científicos -antropólogos y arqueólogos- de la Universidad de Granada (UGR) y eso ya lo tenemos, explicó. De hecho, el responsable de la asociación asegura que la entidad nunca se planteó la intervención de agentes externos a la UGR porque los expertos de la institución académica ofrecen las mejores garantías y están lo suficientemente acreditados como para llevar a cabo los trabajos.
Una implicación que constituye todo un impulso para que Memoria Histórica siga con la firme intención de acudir a la vía judicial, una vez que la Universidad ya entregó a finales del pasado año el mapa de fosas de Granada a la Consejería de Justicia. Coordinado por María Isabel Brenes, doctora en Historia Contemporánea de la Universidad de Granada (UGR), este mapa fija la existencia de 120 fosas comunes en las 50 entidades de población visitadas, si bien entre 8.000 y 12.550 víctimas fueron enterradas en barrancos y valles.
Según sostiene Memoria Histórica, Dióscoro Galindo y Francisco Galadí fueron enterrados en una fosa común en el paraje conocido como la Cañada del Colmenar, en el término municipal de Alfacar, lugar donde se cree que también se encuentra enterrado el poeta granadino Federico García Lorca. Sin embargo, las otras tres peticiones recibidas por la asociación sitúan los restos en otros tres términos municipales diferentes: Moraleda de Zafayona, Monachil-Güéjar Sierra y Torvizcón.
Fijadas las ubicaciones, la asociación insiste en que, a pesar de las dificultades, el proceso está en marcha, ya que no hay ninguna duda de que en la vía judicial encontrarán los familiares el amparo que desde hace años vienen pidiendo. En opinión de González Arroyo, ni siquiera la negativa de la familia Lorca a exhumar los restos del poeta granadino de la fosa común en Víznar en la que se cree que reposan, puede afectar al proceso, ya que la Ley de la Memoria Histórica clarifica esta cuestión.
Así, en su artículo 13 (sobre las autorizaciones administrativas para actividades de localización e identificación), la norma establece la única reserva que deben de tener los jueces a la hora de conceder una licencia de este tipo, al precisar en su punto tercero que deberán ponderar la existencia de oposición por cualquiera de los descendientes directos de las personas cuyos restos deban ser trasladados.
Hasta donde sabemos, los familiares de García Lorca no lo son de las personas cuyos restos queremos recuperar, por lo que pueden tomar la decisión que quieran respecto a los restos de Federico, pero no en cuanto a los otros, aseguró González Arroyo.
Aasí, la asociación confía en lograr su objetivo para cerrar de forma definitiva las heridas, todavía abiertas. Se trata, en el fondo, de satisfacer a quienes sufrieron, en la persona de sus familiares, las consecuencias de la tragedia de la Guerra Civil o de la represión durante la Dictadura que siguió a la contienda armada.
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